Este espacio, proyectado para la Exposición Iberoamericana de 1929, alberga 48 bancos, uno por cada una de las provincias españolas, cuyos respaldos están decorados con composiciones de azulejos, que aluden a hechos históricos identificativos de cada lugar.
Los murales cerámicos fueron realizados por varios autores, entre los que cabe destacar a Ramos Rejano, José Mensaque, Pedro Navia y Manuel García Montalván, además de la fábrica Los Remedios (propiedad de José Laffite) y la Alfarería Bernal.
Madrid está representada con lo mejor que tiene: su pueblo. El mismo que se levantó heroicamente el 2 de mayo de 1808, mientras políticos, aristócratas, clérigos, jerarquía militar y realeza contemplaban pasivamente cómo los franceses se hacían con el país.
Fuente: Leyendas de Sevilla.
La escena que identifica a nuestra ciudad y a nuestra comunidad se corresponde con la defensa del Cuartel de Artillería de Monteleón, comandada por los capitanes Luis Daoíz y Pedro Velarde, quienes, desoyendo las órdenes de acuartelarse de sus superiores, se pusieron al frente de un puñado de hombres y mujeres, entre vecinos y militares insurrectos.
El Cuartel de Monteleón, durante su derribo en 1868.
Como testigo de aquella batalla, queda el humilde arco que preside la Plaza del Dos de Mayo, en el barrio de Malasaña, el único resto que nos ha llegado del viejo Cuartel de Monteleón. A sus pies se sitúa el grupo escultórico que rinde homenaje a Daoíz y Velarde, realizado por Antonio Solá en 1822.
Pero, volviendo a Sevilla, sorprende saber que el hecho histórico que inicialmente se había elegido para representar a Madrid estaba vinculado con Fernando VII, tal vez el monarca más odiado de nuestra historia.
Museo Balaguer (Vilanova i la Geltrú, Barcelona).
Afortunadamente, se dio marcha atrás y se optó por el levantamiento popular del Dos de Mayo, a partir de una reproducción del cuadro La defensa del parque de Monteleón, que pintó Joaquín Sorolla en 1884.
La composición de azulejos que Sevilla dedica a Madrid se completa con varios escudos, dos vistas de la ciudad (una del Palacio Real y otra del Museo del Prado) y un mapa provincial, que se destacan en medio de una profusa ornamentación floral.
Afortunadamente, se dio marcha atrás y se optó por el levantamiento popular del Dos de Mayo, a partir de una reproducción del cuadro La defensa del parque de Monteleón, que pintó Joaquín Sorolla en 1884.
La composición de azulejos que Sevilla dedica a Madrid se completa con varios escudos, dos vistas de la ciudad (una del Palacio Real y otra del Museo del Prado) y un mapa provincial, que se destacan en medio de una profusa ornamentación floral.