Artículo actualizado el 21 de noviembre de 2014.
Nos dirigimos al Retiro, en busca de la Fuente del Pequeño Tritón, a la que tradicionalmente se le ha atribuido un origen renacentista o barroco, aunque en la actualidad parece quedar demostrado que fue hecha a mediados del siglo XIX.
Está ubicada muy cerca de la Puerta de Hernani, uno de los dieciocho accesos con los que cuenta el parque. Se halla junto a la Fuente de las Sirenas, con la que forma un eje longitudinal que se prolonga hasta la Fuente de los Galápagos, en el vértice noroeste del Estanque Grande.
A pesar de su situación, la fuente no procede del Buen Retiro, sino del Real Sitio de la Casa de Campo. Aquí estuvo hasta 1943, año en el que fue trasladada a su enclave actual, en el contexto de la remodelación paisajística llevada a cabo por Cecilio Rodríguez (1865-1953), en el entorno de la Puerta de Hernani.
La fuente en 1931, en el Paseo de los Plátanos de la Casa de Campo.
Sobre su datación, ha habido siempre dos posturas: quienes pensaban que era del siglo XVIII (como así consta en la base de datos del propio Ayuntamiento de Madrid) y quienes defendían que fue realizada en el siglo XVI o en la primera mitad del XVII, cuando la Casa de Campo alcanzó su momento de mayor apogeo constructivo.
Sin embargo, hoy día sabemos que la fuente es decimonónica. En un informe publicado el 8 de noviembre de 2014, Alberto Tellería Bartolomé, perteneciente a la asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio, deja claro que la pieza se corresponde con un modelo comercializado por M. Ducel, una fábrica francesa surgida en el siglo XIX, especializada en la fundición en hierro de ornamentos artísticos.
Fotografía del Ayuntamiento de Madrid.
Alberto Tellería cree que la fuente fue encargada en Londres en 1851, coincidiendo con la Gran Exhibición de la Industria de Todas las Naciones, que M. Ducel aprovechó para presentar su catálogo de objetos de fundición.
Esta hipótesis cobra fuerza si se tiene en cuenta que, por esas fechas, la Casa de Campo se había quedado prácticamente sin elementos decorativos. No resulta descabellado pensar que fuese comprada para compensar ese vacío.
En concreto, estamos hablando de la estatua ecuestre de Felipe III, que fue llevada en 1848 desde la Casa de Campo a la Plaza Mayor, y de la Fuente del Águila, que fue desmantelada para ser colocada en el Campo del Moro, aunque finalmente acabó en San Lorenzo de El Escorial.
La fuente en su primitiva ubicación, en una fotografía atribuida al jardinero Javier Winthuysen Losada (1874-1956).
La fuente ha tenido varios nombres en sus casi dos siglos de historia. Ha sido conocida como Fuente del Niño, como Fuente del Príncipe y, en tiempos de la Segunda República (1931-1939), como Fuente del Ruiseñor.
Su denominación actual hace referencia al motivo principal del grupo escultórico: un niño tritón, coronado con una rama de laurel, que cabalga a lomos de un pez, de cuya boca sale un chorro de agua.
Todos estas figuras se sostienen sobre una taza conformada por dos delfines, con las colas hacia arriba, si bien cabe suponer que inicialmente fueron tres, dado el vacío existente en uno de los ángulos de la basa triangular que sirve de apoyo. El conjunto mide un metro de altura.
Existen otras esculturas como la del Retiro, salidas de la fábrica de M. Ducel, en ciudades como Bilbao o Blérancourt (Francia). Incluso el madrileño Palacio de Liria llegó a tener una fuente, hoy desaparecida, con un grupo idéntico al del Retiro.
Bibliografía
La Casa de Campo, de bosque real a parque madrileño, de Luis Miguel Aparisi Laporta. Ediciones Amberley, S.L. Madrid, 2009.
La Fuente del Pequeño Tritón (de la Casa de Campo al Parque del Retiro): Un enigma casi resuelto, de Alberto Tellería Bartolómé. Madrid Ciudadanía y Patrimonio, 2014.
Hay algunas esculturas, fuentes y otros ornamentos, que van de un sitio a otro, de tal forma, que llega un momento que no sabemos ni de donde vienen ni a donde van, llegando a perder hasta su identidad y año de construcción. Pero lo importante es que está ahí.
ResponderEliminarHola Jesús,
ResponderEliminarUn artículo interesantísimo, como siempre. No quisiera yo corregir a Cecílio Rodríguez, pero en la primera foto se puede ver el problema visual que tiene esta histórica fuente. Con sólo un metro de altura, creo que está casi enterrada al meterla en un jardín tipo "croquet court" inglés y con el pilón a ras del suelo.
La falta del tercer delfín en la base clama también al cielo.
Un abrazo
A lo mejor me engaña la vista, pero creo que en la foto histórica todavía se aprecian los tres desfines, ¿no?
ResponderEliminarHola Jesús,
ResponderEliminar¿A dónde vamos, de dónde venimos?...pues lo mismo les ocurre a tantos y tantos monumentos de esta "trajinosa" ciudad.
Y coincido con Antonio, una fuente de talla tan escasa podían haberla realzado un poco elevando el pilón, pues en espacio tan abierto se pierde.
Aún así, la fuente es preciosa y tu trabajo también.
Un abrazo.
Hola Bélok:
ResponderEliminarEs verdad lo que dices, lo importante es que, al final, están ahí. Siempre he pensado que tienen que aparecer más cosas de la Casa de Campo. Es cierto que se perdió mucho durante la Guerra Civil, pero seguro que hay más elementos por ahí desperdigados, procedentes de este Real Sitio.
Saludos!!
Hola Antonio:
ResponderEliminarCreo que tienes toda la razón. Esta fuente debería estar más alta y tal vez sin ningún parterre alrededor, en contacto directo con la gente, como corresponde a su pequeño tamaño.
Gracias por tu buen juicio. Un abrazo, Jesús
Hola Anónimo:
ResponderEliminarPues sí, en la foto antigua, da la sensación de que está el tercer delfín. Seguro que ahora decora alguna lujosa vivienda particular... No sería la primera vez.
Saludos, Jesús
Gracias, Manuel, por tus palabras. Mal emplazada y todo, la fuente tiene mucho encanto. No hay muchas fuentes de bronce en Madrid y este material, en contacto con el agua, resulta precioso.
ResponderEliminarUn abrazo, Jesús
Hola Jesus. Veo que no esta el comentario que te deje ayer, bueno te lo repito.
ResponderEliminarCoincidia con Antonio, en que no la favorecia nada, el hecho de estar "hundida". Creo que el diseño de Claudio Rodriguez, de este pequeño jardincito, no fue muy acertado.
Ah! y gracias por contarnos esta historia, de la que no conocia nada, nada.
Un abrazo.
Gracias José. Y doblemente, por el interés tomado en repetir dos veces el mensaje. Creo que, al final, el diagnóstico de Antonio se impone. Realmente la fuente queda muy insignificante en su enclave, hundida en el parterre.
ResponderEliminarUn abrazo, Jesús
Aquí os muestro un bonito dibujo extraído del libro "España, los Sitios Reales" escrito por Manuel Jorreto y publicado en 1894.
ResponderEliminarhttp://i.minus.com/iY2b7114M4ml8.jpg
Muchas gracias Picotajo. Es un dibujo precioso. El libro no lo conozco, pero seguro que me va a encantar.
ResponderEliminarUn abrazo, Jesús
Hola J.Esetena
ResponderEliminarTal vez te interese un artículo, relacionado con el tema de este post, que he publicado en mi blog
http://javierdepeque.com/blog/?p=2413
Gracias Javi por el aviso. Te he dejado un mensaje en tu fantástico blog. Saludos, Jesús
ResponderEliminarEn Salinas, San Luis Potosí, México se contaba con una fuente idéntica.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aportación. Esto confirma el origen de estas fuentes a partir de modelos ya establecidos.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEn el parque Uribarren de Lekeitio tenemos otra imagen del "Pequeño tritón".
ResponderEliminarhttp://lekitxozaharra.blogspot.com.es/2017/11/lekeitioko-tritoi-txikia-el-pequeno.html
En la calle Gamarra de Lekeitio tenemos otra pieza de la fundición Val d’Osne, con un "amorcillo" como tenente del surtidor de agua.
ResponderEliminarhttp://lekitxozaharra.blogspot.com.es/p/blog-page.html