Huerta de la Priora
La Huerta de la Priora fue anexionada a las posesiones reales en el año 1556, aunque el jardín como tal no empezó a construirse hasta 1567. Se trataba de una antigua huerta de origen medieval, asentada sobre unos terrenos muy irregulares, que tuvieron que ser nivelados para poder ser ajardinados.
Plano del Real Alcázar, con la Huerta de la Priora en tonos rojos. Fuente: 'El Alcázar de Madrid', de José Manuel Barbeito (1992).
Tenía una superficie aproximada de 17.000 metros cuadrados, que se extendían por la parte nordeste del Real Alcázar. Sus límites septentrionales los marcaba el actual Monasterio de la Encarnación y los meridionales la desaparecida Casa del Tesoro, un complejo arquitectónico anejo al palacio, en el que se albergaban diferentes servicios vinculados con la Corte.
Tomaba su nombre de la Fuente de la Priora, ubicada muy cerca de la Encarnación, una pieza clave en todo el entramado de jardines del alcázar, ya que de ella dependía el riego. Al ser de titularidad pública, la Corona se vio obligada a negociar con el municipio la cesión de una parte de sus aguas, así como del remanente de los Caños del Peral.
Alrededor de la Fuente de la Priora se articuló un sistema de canalizaciones, que alimentaba las plantaciones y fuentes de ornato, mientras que el agua sobrante era desviada hacia el Arroyo de Leganitos. Las obras de estas conducciones fueron encargadas al alarife Joan Prieto y debieron dar comienzo en 1568. La posterior construcción de un estanque (1593-96) mejoró notablemente el suministro de agua.
La Huerta de la Priora en el plano de Pedro Teixeira (1656).
La función principal de la Huerta de la Priora era la producción de hortalizas y frutas para el abastecimiento de la familia real, aunque también había zonas ajardinadas que tenían un uso meramente recreativo. Estaba organizada en grandes cuarteles (seis u ocho, según los planos), que se reservaban a los cultivos, preferentemente de árboles frutales. Cada uno de ellos tenía una fuente ornamental.
A pesar de los movimientos de tierra realizados, el jardín había quedado en una cota inferior a la de los terrenos colindantes. Para salvar el desnivel que le separaba de la Fuente de la Priora, tuvo que levantarse un paredón por la parte septentrional. El encargo recayó sobre Juan de Herrera (1530-1597), tras la muerte de Juan Bautista de Toledo, en 1567.
Por el lado occidental había también una cerca, mientras que, por el meridional, se elevaba la Casa del Tesoro, nombre con el que se conocía genéricamente al complejo formado por las Casas de Oficios, las Cocinas Nuevas y la propia Casa del Tesoro, tal y como se ha apuntado más arriba.
El Real Alcázar y la Casa del Tesoro en el plano de Antonio Mancelli (1614-1622). Detalle del ejemplar de la Biblioteca Regional de Madrid, impreso hacia 1657.
Hacia el este, donde emergía el caserío de la ciudad, fueron construidos varios edificios, que no solo hacían de contención, sino que también aislaban el recinto de las miradas y ruidos de la calle. Al interior tenían paredes ciegas y al exterior diversas dependencias, en una de las cuales terminaría estableciéndose, a principios del siglo XVII, la tahona y panadería del rey.
Varios años después de fundarse el Monasterio de la Encarnación (1611-1616), Felipe IV (r. 1621-1665) ordenó intervenir en esta zona para crear un corredor que comunicase directamente el alcázar con el convento. Se preservaba así la intimidad de los miembros de la familia real cada vez que acudían a sus obligaciones religiosas.
Conocido como Pasadizo de la Encarnación o Paredón de Balnadú, por su proximidad con la puerta medieval homónima o, tal vez, por haberse construido con materiales procedentes de la misma, este pasillo se convirtió en un auténtico espacio de arte. Llegó a acoger al menos 271 pinturas y esculturas, según consta en el inventario que se hizo tras la muerte de Carlos II (r. 1665-1700).
Alzado del Pasadizo de la Encarnación hacia la Huerta de la Priora. Anónimo español (1720). Biblioteca Nacional de España.
Durante el reinado de Felipe V (r. 1700-1746) estas instalaciones fueron habilitadas como sede de la Biblioteca Real de Palacio, antecedente de la Biblioteca Nacional de España, a partir de un proyecto del arquitecto Teodoro Ardemans (1661-1726).
Todo ello hizo de la Huerta de la Priora un espacio cercado por todos sus flancos, sin conexión directa con el Real Alcázar y sin ningún tipo de relación axial con el mismo, casi más próximo al concepto medieval de jardín, como un lugar cerrado y recogido, que al ideal renacentista de apertura al exterior y confluencia con la naturaleza.
Durante el reinado de Felipe V (r. 1700-1746) estas instalaciones fueron habilitadas como sede de la Biblioteca Real de Palacio, antecedente de la Biblioteca Nacional de España, a partir de un proyecto del arquitecto Teodoro Ardemans (1661-1726).
Todo ello hizo de la Huerta de la Priora un espacio cercado por todos sus flancos, sin conexión directa con el Real Alcázar y sin ningún tipo de relación axial con el mismo, casi más próximo al concepto medieval de jardín, como un lugar cerrado y recogido, que al ideal renacentista de apertura al exterior y confluencia con la naturaleza.
Medallones con los retratos de Felipe V e Isabel de Farnesio (1727), que estuvieron instalados en la Biblioteca Real. Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
La Huerta de la Priora, el Pasadizo de la Encarnación y la Casa del Tesoro sobrevivieron al incendio del alcázar de 1734. En 1809 se decretó su destrucción y, años más tarde, se levantaría sobre su solar la Plaza de Oriente.
Otros jardines
El Jardín de las Infantas, posteriormente llamado de la Reina, fue trazado entre 1582 y 1584. Se extendía a lo largo de unos 2.000 metros cuadrados a los pies de la fachada este del alcázar, junto a las estancias de las infantas y del príncipe. De planta rectangular, estaba delimitado en su lado norte por un murallón, en el que se abría una ventana. Su trazado respondía a un esquema ortogonal, con varios cuadros de plantaciones y una fuente ornamental.
Otros jardines impulsados por Felipe II fueron la denominada Huerta Nueva o Huerta junto a la Fuente de la Priora, que se construyó hacia 1582 cerca del paredón de Juan de Herrera, y el Jardín del Juego de Pelota, probablemente situado en las proximidades del Jardín del Cierzo.
El primer recinto llegó a contar con un huerto medicinal, surgido durante el reinado de Felipe III (r. 1598-1621), mientras que el segundo alcanzó su verdadera forma y dimensión en tiempos de Felipe IV (r. 1621-1665), cuando pasó a denominarse Jardín de las Bóvedas.
Plano del Real Alcázar, con el Jardín de las Infantas en tonos rojos. Fuente: 'El Alcázar de Madrid', de José Manuel Barbeito (1992).
Artículos relacionados
- Los jardines renacentistas del Real Alcázar (1): el Jardín del Cierzo y El Parque
- Los jardines renacentistas del Real Alcázar (2): el Jardín del Rey
Bibliografía consultada
El jardín clásico madrileño y los Reales Sitios, de Alberto Sanz Hernando. Ayuntamiento de Madrid, Madrid, 2009
El Alcázar de Madrid, de José Manuel Barbeito. COAM (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid), Madrid, 1992
Jardines que la Comunidad de Madrid ha perdido, artículo de Carmen Ariza Muñoz. Revista Espacio, tiempo y forma, serie VII, número 14 (páginas 269-290). UNED, Madrid, 2001
De castillo a palacio: el Alcázar de Madrid en el siglo XVI, de Veronique Gerard (traducido del francés por Juan del Agua). Xarait Ediciones, Bilbao, 1984
Los viajes de agua de Madrid durante el antiguo régimen, de Virgilio Pinto Crespo (dirección), Rafael Gili Ruiz y Fernando Velasco Medina. Fundación Canal (Canal de Isabel II), Madrid, 2012
El entorno del Alcázar de Madrid durante la Baja Edad Media, de Manuel Montero Vallejo. Revista En la España medieval, número 17 (páginas 1011-1026). Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 1985
De pasadizo a palacio: las casas de la Biblioteca Nacional de España. Exposición celebrada en Madrid, 2012-2013
Hola Jesús, has hecho una reconstrucción fantástica de un lugar apasionante, en el corazón de nuestra historia. Un gran (y difícil) trabajo el de esta serie, ¡felicidades!
ResponderEliminarHola Mercedes:
EliminarMuchas gracias por tus generosas palabras. Como bien dices, se trata del corazón de nuestra historia. Merece la pena bucear un poco por él!!
Abrazos, Jesús
Hola Jesús,
ResponderEliminarEnhorabuena por la trilogía. Ha sido antológica.
Has conseguido que por unos minutos paseemos desde el Alcázar al Monasterio de la Encarnación a cubierto (como lo hacía Lerma desde el palacio de su villa ducal) mirando los jardines reales. El plano del alzado del pasadizo es una maravilla pero observo que en el Teixeira ya se habían cerrado los arcos. El proyecto es como un puente bajo el que pasarían las torrenteras que venían desde los caños del Peral. En el centro tiene un pilón rectangular que aún se observa en el Teixeira. En fin, para tirarse horas mirando.
Muchas gracias por buen el trabajo y un abrazo.
Hola Antonio:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Todos estos planos y dibujos antiguos te permiten observar un montón de matices. Como señalas, uno se pasaría horas mirándolos y siempre aparecería algo nuevo. Al menos, el Pasadizo de la Encarnación se encuentra muy documentado.
Abrazos, Jesús
Hola Jesús. Fantástica serie, esta de los jardines que adornaban El Alcázar. Es una gozada poder ver, con las explicaciones pertinentes, de lo que era y para que se usaba.
ResponderEliminarSiempre me han llamado la atención, los pasadizos privados que usaban los reyes o "principales", para ir a otros lugares, tanto este, como el que comenta Antonio, o la Galería Uficci, en Florencia.
Un abrazo.
Hola José:
EliminarMuchas gracias, me alegra mucho que te haya gustado la serie. El Alcázar tiene tanta historia que da para análisis mucho más amplios de los que pueden tener cabida en un simple blog.
Muchas gracias y buen fin de semana, Jesús
Unirme al coro de alabanzas por estos tres magníficos reportajes sobre los jardines del Real Alcázar, de lo mejorcito. Es curioso que la fachada del Alcázar que daba directamente al núcleo debiera haber sido una de las más representativas, parece que siempre estuvo marginada, hasta en los últimos planes de "regularización", tal es así que el jardín que poseía, y que la permitía respirar (el jardín de las infantas), fue ocupado por nuevos edificios de la casa del tesoro que se pegaron a la fachada del edificio haciéndola desaparecer como elemento de representación.
ResponderEliminarGracias por el viaje.
Un abrazo.
Muchas gracias, Boro, por tus generosas palabras. Viniendo de ti, resultan especialmente gratificantes. Tus observaciones sobre la fachada que daba al núcleo urbano son muy certeras y es curioso porque el Buen Retiro, el otro gran palacio de los Austrias, tampoco tenía fachada a la ciudad. Rodeado de arboledas, no había nada en el Prado de San Jerónimo que indicara que ahí hubiese un palacio real.
ResponderEliminarMuchas gracias nuevamente. Abrazos, Jesús
Casi parece una pervivencia de los modelos hispano musulmanes de recintos sin grandes fachadas palaciegas hacia las ciudades. De todos modos me alegre que menciones el Buen Retiro. En el cuadro de Joli de la calle de Alcalá, al fondo se ve el palacio y en linea con el Salón de Reinos se ve una edificación que parece de mármol (o granito) y aparenta ser una fachada noble para el palacio de cara al Paseo. Sabrías decirme que es. En algún lugar leí que en el XVII se pensó ennoblecer esa fachada pero las penurias económicas lo impidieron (el detalle es del cuadro de la colección Villar Mir aunque en la RABASF hay uno igual)
ResponderEliminarhttp://i58.tinypic.com/k4c9xl.jpg
Hola Boro:
EliminarYa vi tu intervención en el foro Urbanity al respecto y me pareció un descubrimiento fascinante, del que no tenía ninguna noticia. Al igual que tú, me quedé esperando alguna respuesta por parte de algún forero, pero el enigma parece que continúa. La verdad que para mí es un auténtico y maravilloso misterio. A ver si hay suerte y lo desvelamos,
Abrazos!!
Cuando lo puse en urbanity esperaba, para ser sincero, que tu nos lo aclarases. Si tu no lo sabes ...Yo busqué un poco y no encontré nada sobre una fachada de piedra en el Buen Retiro pero nada. Yo diría que es anterior a los borbones pero ni idea la verdad. Pues nos toca esperar a ver si surge algo.
ResponderEliminarUn Abrazo
Por aportar algo, la fachada se encuentra en lo que antes se denominó patio del emperador, por haberse situado en ella la estatua de Carlos V venciendo al furor. ¿podría ser una construcción efímera para alguna celebración y de ahí la falta de noticias? Hay un libro sobre Antonio Joli en Madrid editado por el propio Villar Mir tras adquirir esta obra, no lo he hojeado pero tal vez en él se mencione algo.
ResponderEliminarHola Boro:
ResponderEliminarMuchas gracias por la confianza, pero, ya ves, el primer sorprendido he sido yo. Yo también pensé, en un primer momento, que podría tratarse de alguna arquitectura efímera o tal vez de algún montaje teatral, a saber. Sí que es un misterio, habrá que investigar.
En la pinturas de Mombello (Italia) hay una vista del Prado de San Jerónimo, realizada en tiempos de Carlos II, pero ahí no se ve ninguna estructura como la que más tarde reflejó Joli. Seguramente ya conoces esa pintura (el Museo de Historia dispone de una copia), en cualquier caso, te paso el enlace de "Memoria de Madrid" (aquí, en "Pasión por Madrid", le dedicamos hace unos meses un artículo):
http://www.memoriademadrid.es/buscador.php?accion=VerFicha&id=45255&num_id=1&num_total=3
Gracias nuevamente. Abrazos, Jesús
Recuerdo la entrada sobre la pintura en la que se ve el paseo del Prado. En la pintura de Joli se pueden ver desde una perspectiva más baja casi todos los elementos que se ven en esa pintura (miradores del Prado, pósito, palacio de Alcañices, etc), incluida la puerta de Felipe IV del actual jardín aunque menos reconocible que en la pintura de Joli, pero la zona misteriosa no está ni se la espera.
ResponderEliminarViendo el catálogo de la expo del Palacio del Rey Planeta se menciona que tanto El Conde Duque como Felipe IV pensaron hacer una fachada digna al palacio, pero que finalmente este SIEMPRE mantuvo su aspecto rústico hacia la ciudad. Tal vez habría que centrarse en una construcción efímera porque tan poco se identifica esa construcción en los planos de Carlier o en los de la época de la guerra contra los franceses.
Un misterio por resolver.
Gracias Boro, nuevamente. A ver si sale algo y se esclarece este misterio. Abrazos!!
ResponderEliminarEn el libro sobre Joli en Madrid no se menciona nada sobre esa fachada.
ResponderEliminarMirando bien los planos de Espinosa de los Monteros http://bvpb.mcu.es/es/consulta/registro.cmd?id=423431 o el más reciente de Tomas López http://bvpb.mcu.es/es/consulta/registro.cmd?control=BVPB20100050613 se puede observar que en esa zona hay un jardín con sus cuadrantes. Tal vez no fuera una fachada de entrada, que según estos planos parece quedar reservada a la plaza de los Oficios y en su lugar fuera solo un jardín con acceso a través de un portillo desde el edificio principal al que se le dio un entorno de más empaque y tal vez una fuente adosada a la fachada del palacio.
Es todo un poco de especulación a falta de documentos. Sabemos que tenía una jardín y que se construyó en un periodo aproximado de 50 años entre finales del XVII y 1754.
Un abrazo
Hola Boro:
ResponderEliminarCreo muy interesante tu hipótesis y completamente razonable. Yo, por mi parte, he estado buscando arquitecturas efímeras pero no he encontrado nada que arroje un poco de luz al respecto. Tal vez hayas resuelto el misterio!! En cualquier caso, si alguien sabe algo más preciso, por favor que nos lo diga.
Muchas gracias. Abrazos, Jesús
No se si recordaras hace como un año una duda que surgió en torno a una fachada blanca en el Palacio del Buen Retiro que se veía en una vista de Madrid de Joli. La verdad es que no había buscado más pero hoy estando en la sede del COAM tenían puesto una mesa con libros editados por ellos y había uno del Palacio del Buen Retiro. En el último capítulo mencionaban unos dibujos de arquitectura comprado por el Estado a un ciudadano suizo no hacía mucho. En estos se veían unas fachadas que me recordaban a las del cuadro de Joli y decían que daban a un jardín. Sabiendo el autor del planos, Virgilio Rabaglio y el lugar donde se depositaron, la RABASF. busqué en internet un poco más y me encontré con una tesis doctoral del 2011, dirigida por Bonet Correa, el primero en estudiar los planos y en la que se aclara este misterio. Esa fachada blanca representa el cuarto y el jardín de Francia del infante cardenal Luis Antonio de Borbon en el Retiro, reformada por Rabaglio en los años 40 del XVIII. En la tesis aparecen los planos del jardin, alzado de la fachada, planos de las habitaciones, etc, además de la historia de la reforma y la confirmación de que esa fachada es la que aparece en la pintura. Por lo visto la obra se ejecutó, aunque no completa imagino, las torres no aparecen representadas en el cuadro de Joli.
ResponderEliminarLa tesis puedes consultarla aquí: http://eprints.ucm.es/12867/1/T32681.pdf . El capítulo sobre el Buen Retiro comienza en la página 175 del pdf y los planos a partir de la 387. Además la tesis da datos interesantes de otras edificaciones madrileñas.
Un abrazo.
Boro.
Siento la falta de comas ;)
ResponderEliminarHola Boro:
Eliminar¡¡Increíble!! Madrid está lleno de sorpresas, a cual más grande. Parece mentira que un edificio tan excelso como el del Aposento del Cardenal Infante haya permanecido prácticamente oculto y que las pistas de su existencia sean tan escasas. Muchas gracias por haber tirado del hilo y por descubrirnos la belleza de este palacio, a través de la tesis de Correa y los dibujos de Rabaglio. ¡¡Son magníficos!! Son huellas muy esclarecedoras y que nos hacen nuevamente lamentarnos de cuánto patrimonio hemos perdido en esta ciudad. Gracias otra vez y enhorabuena por tu magnífica labor de investigación. La pregunta que hay que hacerse es cuántos tesoros de este tipo permanecen todavía ocultos en la memoria del tiempo, a merced de que se aparezcan nuevos dibujos y documentos que revelen su existencia.
Un abrazo, Jesús
Gracias por tus palabras, pero más que investigación, fue suerte y Google, ;). Muchas cosas están todavía escondidas y con suerte irán saliendo poco a poco. Estos dibujos estaban en propiedad de un ciudadano suizo y quien sabe que habría pasado si caen en manos de alguien que no sabe lo que tiene. De todos modos estos colección estuvo en una expo que roto por España, pero cuando busqué información sobre ese espacio no aparecía nada, ni si quiera en un libro sobre la vista de Joli en que se describía detalladamente lo que se veía. Alegremonos por redescubrir un espacio, que tuvo una vida breve (1746 - 1808), pero que aparentaba ser magnífico.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno y sobre todo agradezcámoselo a la Complutense por sus tesis on line y a la autora de la misma Silvia Sugranyes
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