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jueves, 15 de julio de 2010

La iglesia del Teologado de los Padres Dominicos

Nos dirigimos a Alcobendas, donde visitamos la Iglesia de San Pedro Mártir, obra maestra de Miguel Fisac (1913-2006) e icono del proceso de modernización experimentado por la arquitectura española en la segunda mitad del siglo XX.

Se trata del templo del Teologado de los Padres Dominicos, un complejo conventual proyectado en 1955 y construido entre 1959 y 1960. Se encuentra en el kilómetro 7 de la autopista A-1, muy cerca del nuevo barrio de Sanchinarro.



Lo que más llama la atención de este edificio es su singular planta, constituida por dos hojas de parábola enfrentadas, que configuran una especie de pajarita asimétrica. Se crean así dos naves, cuyo punto focal es el presbiterio o altar mayor, ubicado en la parte más estrecha.

Miguel Fisac llegó a este diseño como respuesta a un problema de tipo espacial, que siempre se ha dado en las iglesias de los conventos y monasterios, ante la necesidad de diferenciar dos grandes áreas, una para uso de los clérigos y otra para los seglares.

La típica solución de destinar el coro a los primeros y la nave a los segundos no podía aplicarse en este caso. Debe tenerse en cuenta que se estaba edificando el teologado más importante de España, donde se iba a concentrar un elevado número de religiosos, que precisaban un espacio mucho más amplio que un simple coro.

En la propuesta de Fisac, el presbiterio se convierte en la estancia donde los dos ámbitos confluyen. Al fondo del mismo, ocupando la sección de menor superficie, se extiende la parte reservada a los monjes, mientras que la nave de uso público se ubica delante del altar, en un plano más bajo.


Fotografía aérea de Bing, en Paginas Amarillas, donde se aprecia la planta del templo.

Todo ello crea un aire muy escenográfico, que queda subrayado por la estudiada iluminación interior, conseguida a partir de la luz natural, sin duda alguna, uno de los grandes atractivos del conjunto.

El presbiterio recibe la luz directamente desde arriba, a través de un pseudo-cimborrio y de una serie de ventanales superiores, abiertos a los lados, que proporcionan una tonalidad dorada.

Esta procedencia cenital crea el efecto de que la luz cae verticalmente, deslizándose sobre el Cristo que preside el altar, realizado por Pablo Serrano (1908-1985).

La talla parece estar flotando en el aire, gracias al sugerente sistema de sujeción ideado por Fisac, consistente en unos finos cables de acero, que cuelgan del techo.




Fotografías de Moncho Rey, en Flickr.

Por su parte, las dos naves se iluminan mediante diferentes vidrieras colocadas en los muros, que filtran la luz en tonos rojos, para la zona de los clérigos, y azules, para la seglar.

La torre del campanario es otro elemento a destacar. Está formada por una estructura de hormigón abierta, de tal modo que la escalera de caracol que recorre su interior queda completamente al descubierto.

En lo alto de la torre hay instalado un adorno metálico, consistente en una maraña de hierros que envuelve una cruz.



Agradecimiento especial

Queremos agradecer a Moncho Rey que nos haya permitido publicar las fantásticas fotografías correspondientes al interior de la Iglesia de San Pedro Mártir. En Flickr podéis encontrar otras fotografías suyas.