A sabiendas de que tropezamos contra una opinión mayoritaria absolutamente entregada, que no entiende cómo se puede criticar algo que se supone ha sido un revulsivo para la ciudad, reclamamos nuestro derecho a denunciar lo que creemos que han sido actuaciones dudosas, realizadas impunemente, con total desprecio a la legalidad vigente.
Utilizando una terminología tal vez excesiva pero también elocuente, el proyecto Madrid Río ha dejado tras de sí diez grandes víctimas, cuyo diagnóstico oscila entre la extrema gravedad y el estado terminal.
1.- El Manzanares
La víctima principal del proyecto ha sido el propio río. Se suponía que se había montado todo este tinglado para recuperar el Manzanares, pero lo que se ha conseguido es convertirlo en un río-foso.
Se han perpetuado, con carácter irreversible, los desaciertos de la canalización desarrollada en la segunda mitad del siglo XX n. Si el cajero que se construyó entonces ya era muy alto, con los nuevos túneles de la M-30 se ha elevado mucho más. Hemos logrado que nuestro pequeño río no tenga orillas, sino precipicios.
2.- El marco legal
Nuestros políticos nos tienen acostumbrados a saltarse las normas cuando les conviene, sobre todo cuando se trata de cuestiones ambientales y patrimoniales. Las obras de la M-30 son el mejor ejemplo de cómo hacer las cosas al margen de la ley, sin que pase nada. Sólo hay que comenzar los trabajos, eso sí, sin realizar los estudios de impacto que exige nuestro ordenamiento jurídico, que, para cuando hablen los jueces, ya se habrá arrasado con todo.
Nuestros políticos nos tienen acostumbrados a saltarse las normas cuando les conviene, sobre todo cuando se trata de cuestiones ambientales y patrimoniales. Las obras de la M-30 son el mejor ejemplo de cómo hacer las cosas al margen de la ley, sin que pase nada. Sólo hay que comenzar los trabajos, eso sí, sin realizar los estudios de impacto que exige nuestro ordenamiento jurídico, que, para cuando hablen los jueces, ya se habrá arrasado con todo.
No olvidemos que, según sentencia firme del Tribunal Superior de Justicia, nueve de las doce obras de soterramiento quedaron anuladas en marzo de 2010. El pequeño detalle sin importancia es que los túneles ya llevaban dos años funcionando.
3.- La paleontología
Fuente: Museo de los Orígenes.
El enorme patrimonio paleontológico que se escondía bajo las riberas del Manzanares ha desaparecido para siempre. A falta de los citados estudios de impacto, que hubieran obligado a investigar y catalogar los vestigios de interés científico, las tuneladoras han tenido carta blanca para pulverizar todo lo que encontraban a su paso. Los madrileños hemos perdido así uno de nuestros tesoros más valiosos: nuestra impresionante prehistoria.
4.- La arqueología
Fuente: Museo de los Orígenes.
La cuarta víctima han sido los restos arqueológicos, tanto los que han desaparecido (por las mismas razones del punto anterior), como los que nos han dicho que han aparecido, pero de los que nunca más se supo. Todavía estamos esperando noticias sobre la villa romana descubierta cerca del Puente de Segovia, la Puente Segoviana (en la imagen), la Puente Toledana, los lavaderos del río o las distintas estructuras encontradas del Real Canal del Manzanares, entre otros muchos hallazgos de los que no sabemos absolutamente nada.
5.- El Puente de Toledo
Se ha desaprovechado una ocasión única de devolverle al Puente de Toledo su auténtica altura, que perdió durante la canalización del Manzanares, cuando fueron enterradas casi todas sus pilas, dejando sólo al descubierto los sombreretes de los tajamares. Este desaguisado no sólo no se ha corregido con el proyecto Madrid Río, sino que se ha consolidado de modo irreversible, tras la excavación de varios túneles debajo de los arcos.
Nadie puede entender cómo han podido realizarse estas obras, tratándose como se trata de un monumento que goza de la máxima protección legal posible. Aún es más: para poder encajar los cajeros de los túneles, las pilas del puente tuvieron que ser rebajadas e, incluso, se rompió un tajamar, que después fue recompuesto con hormigón. Está claro que para los políticos no vale eso del imperio de la ley.
6.- El Puente de Segovia
3.- La paleontología
Fuente: Museo de los Orígenes.
El enorme patrimonio paleontológico que se escondía bajo las riberas del Manzanares ha desaparecido para siempre. A falta de los citados estudios de impacto, que hubieran obligado a investigar y catalogar los vestigios de interés científico, las tuneladoras han tenido carta blanca para pulverizar todo lo que encontraban a su paso. Los madrileños hemos perdido así uno de nuestros tesoros más valiosos: nuestra impresionante prehistoria.
4.- La arqueología
Fuente: Museo de los Orígenes.
La cuarta víctima han sido los restos arqueológicos, tanto los que han desaparecido (por las mismas razones del punto anterior), como los que nos han dicho que han aparecido, pero de los que nunca más se supo. Todavía estamos esperando noticias sobre la villa romana descubierta cerca del Puente de Segovia, la Puente Segoviana (en la imagen), la Puente Toledana, los lavaderos del río o las distintas estructuras encontradas del Real Canal del Manzanares, entre otros muchos hallazgos de los que no sabemos absolutamente nada.
5.- El Puente de Toledo
Se ha desaprovechado una ocasión única de devolverle al Puente de Toledo su auténtica altura, que perdió durante la canalización del Manzanares, cuando fueron enterradas casi todas sus pilas, dejando sólo al descubierto los sombreretes de los tajamares. Este desaguisado no sólo no se ha corregido con el proyecto Madrid Río, sino que se ha consolidado de modo irreversible, tras la excavación de varios túneles debajo de los arcos.
Nadie puede entender cómo han podido realizarse estas obras, tratándose como se trata de un monumento que goza de la máxima protección legal posible. Aún es más: para poder encajar los cajeros de los túneles, las pilas del puente tuvieron que ser rebajadas e, incluso, se rompió un tajamar, que después fue recompuesto con hormigón. Está claro que para los políticos no vale eso del imperio de la ley.
6.- El Puente de Segovia
Las pilas de este puente herreriano, el más antiguo de Madrid, han sido enterradas, al elevarse la rasante del terreno a causa del soterramiento de la M-30. La proporcionalidad y equilibrio de líneas de esta obra maestra se han roto fatalmente. Como en el caso del Puente de Toledo, sólo asoman los sombreretes de los tajamares. Si Pedro de Ribera y Juan de Herrera levantasen la cabeza...
7.- Los embarcaderos del Manzanares
Postal antigua de los años sesenta del siglo XX.
Por los mismos motivos del punto anterior, los antiguos embarcaderos del río, que estaban al lado del Puente de Segovia, han tenido que ser eliminados, ya que, debido a los túneles, no había fondo suficiente. Han sido sustituidos por estanques de menor profundidad, aislados de la corriente del río. Recordemos que, décadas atrás, se podía navegar por algunos tramos del Manzanares en pequeñas embarcaciones, tanto de recreo como deportivas, que partían del Puente de Segovia.
8.- La Pasarela de Manterola
Fuente: Carlos Fernández Casado, S. L.
Esta bellísima pasarela fue retirada cuando comenzaron los trabajos de la M-30, sin que sepamos qué ha sido de ella. Llamada así en referencia a su creador, el ingeniero Javier Manterola, fue instalada en el año 2003 en las proximidades del Paseo de la Virgen del Puerto y desmontada tan sólo dos años después, sin que nadie reparara que a lo mejor podía ocupar un lugar destacado dentro del proyecto Madrid Río. Total, si sólo nos costó 4,3 millones de euros de nada...
9.- La Fuente Castellana
Esta fuente decimonónica, inicialmente ubicada en el Paseo de la Castellana, ha quedado en dique seco. El proyecto Madrid Río y, más en concreto, la remodelación del Parque de la Arganzuela se han llevado por delante sus pilones, sus estanques y sus juegos de agua, para crear la primera fuente de secano del mundo. Pero no todo se ha perdido: algunos de los materiales desmantelados han sido reutilizados e integrados en diferentes muros y terraplenes del parque. A eso se llama reciclar...
10.- La Puerta del Rey y el Túnel de Bonaparte
Dejamos para el final a la Puerta del Rey (o del Río), a pesar de que fue uno de los primeros monumentos maltratados por el proyecto Madrid Río. A esta construcción, una de las últimas que hizo Juan de Villanueva, le han hecho de todo: le ha eliminado elementos (como su enrejado artístico), le han añadido otros, han cambiado su ubicación, han modificado su planta, han suavizado su estilo neoclásico... El resultado son cinco pilares aislados dispuestos en exedra, que poco o nada tienen que ver con el diseño de Villanueva.
Por no hablar del cercano Túnel de Bonaparte, que el célebre arquitecto proyectó conjuntamente con la puerta, cuya boca de salida, decorada antaño con una elegante rocalla, fue retirada y sustituida por una estructura de hormigón y granito.