Lo primero que sorprende de esta construcción es su nombre. ¿Cómo es posible que se llame así, cuando no hay marmotas en España? La respuesta es sencilla: realmente se trata de una degeneración del término 'mamotar', con el que era conocido un cerro cercano al puente, con forma de 'mama' femenina.
La citada montaña aparece con el nombre de Cabeza de Mamotar en diferentes documentos y textos medievales, caso del célebre Libro de la Montería, escrito por el rey Alfonso XI de Castilla (1311-50). Dada la similitud fonética que poseen las voces 'mamotar' y 'marmota', es fácil entender el proceso de corrupción lingüística sufrido por el topónimo.

Fuente: mishobbiesyyo.blogspot.com.
El Puente de la Marmota fue realizado entre 1756 y 1758, en el contexto de un proyecto de acotamiento y mejora de los accesos de El Pardo, llevado a cabo por mandato de Fernando VI (1713-59). No olvidemos que este Real Sitio siempre fue el cazadero preferido de la monarquía española y que estas obras fueron consideradas como una prioridad, incluso por monarcas anteriores.
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El Puente de la Marmota fue realizado entre 1756 y 1758, en el contexto de un proyecto de acotamiento y mejora de los accesos de El Pardo, llevado a cabo por mandato de Fernando VI (1713-59). No olvidemos que este Real Sitio siempre fue el cazadero preferido de la monarquía española y que estas obras fueron consideradas como una prioridad, incluso por monarcas anteriores.
Además de esta infraestructura, se crearon otras muchas, como la cerca de 99 kilómetros que rodea al monte, la Puerta de Hierro, el Puente de San Fernando, la gavia de Fuencarral y una serie de pequeños puentes, que salvaban los arroyos de Valdeculebras, de las Viudas, de Tejada y de Trofa, todos ellos afluentes del Manzanares.
El puente se construyó para dar continuidad a la valla de El Pardo. Se eleva sobre un cañón natural, justo donde el Manzanares abandona la rampa de la sierra y se adentra en las llanuras arenosas de la meseta. Hoy día este desfiladero se encuentra anegado por la cola del Embalse de El Pardo, inaugurado en 1970.

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La complicada orografía del paraje explica su considerable altura. Su único ojo, formado por un arco de medio punto, con 46 dovelas, salva un desnivel de 11,5 metros, que, para hacernos una idea, equivale casi a un edificio de cinco plantas.
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La complicada orografía del paraje explica su considerable altura. Su único ojo, formado por un arco de medio punto, con 46 dovelas, salva un desnivel de 11,5 metros, que, para hacernos una idea, equivale casi a un edificio de cinco plantas.
En cambio, la anchura del arco no es muy grande. Tiene 12 metros de luz, un poco menos que el arco central del Puente de Segovia, con 12,8 metros.
Pero tal vez lo que más llama la atención es el tablero. No tanto por sus dimensiones (45 metros de largo y 4,7 de ancho), como por su disposición, ya que se inclina de un extremo a otro, posibilitando un pronunciado cambio de rasante.
Junto a las embocaduras del puente, se conservan restos de un camino enlosado.

Junto a las embocaduras del puente, se conservan restos de un camino enlosado.

Fuente: Catálogo de Archivos del CSIC. Fotografía de José Royo Gómez (1929).
El Puente de la Marmota es un perfecto desconocido para la gran mayoría de los madrileños, pero no tanto para los aficionados al senderismo y al ciclismo de montaña, que lo toman como punto de referencia de numerosas rutas, que parten tanto desde Colmenar Viejo como desde Tres Cantos.
Es, además, uno de los mejores miradores de la comunidad autónoma. Desde su tablero (o, mejor aún, desde el cercano Cerro de la Marmota), se divisan unas espectaculares vistas de todo el Monte de El Pardo, con la ciudad de Madrid como inmejorable telón de fondo.

Localización del puente dentro del término municipal de Madrid.
Otros puentes históricos sobre el Manzanares
- El Puente del Grajal
- El Puente de Segovia
- El Puente de Toledo
- El Puente Verde de La Florida
- El Puente de San Fernando
- El Puente de Capuchinos
- El Puente del Rey