Este pequeño pueblo, con apenas 1.500 habitantes, conserva algunos restos medievales, que informan de los procesos de repoblación que llevó a cabo el Concejo de Villa y Tierra de Segovia, una vez que los cristianos tomaron posesión de estas tierras, bajo el dominio andalusí hasta finales del siglo XI.
El municipio fue fundado en el siglo XII sobre las laderas de una colina, donde hoy se encuentra el cementerio. De esta época data la Ermita de San Vicente, que fue la primera iglesia parroquial con la que contó Colmenar del Arroyo.
Realmente sólo ha llegado hasta nosotros la espadaña, de estilo románico, y algunos muros, actualmente integrados dentro de la tapia que circunda el camposanto. Su fábrica es de mampostería de piedra de granito.

Con el paso del tiempo, la población colmenareña fue bajando hacia el valle, en busca de las aguas del arroyo que atraviesa el término municipal, lo que dio lugar a un nuevo barrio.
Para facilitar la comunicación entre los dos núcleos urbanos, fue construido el Puente de la Fragua, probablemente en el siglo XV. Posee un único ojo, constituido por un arco de medio punto, y presenta perfil alomado, con pretil redondeado y rematado en sus extremos con piezas cilíndricas, a modo de hitos.

Consta de dos ojos de medio punto, con aliviaderos adintelados en los extremos y tres tajamares de planta triangular, aguas arriba. Se conserva el tablero original, formado por losetas irregulares de piedra.

