El Distrito Telefónica fue levantado entre 2004 y 2008 por el arquitecto
Rafael de la Hoz, en el barrio madrileño de Las Tablas. Planteado como un campus, en el que se integran trece edificios, se trata de una de las sedes empresariales más grandes de Europa, con un total de 140.000 metros cuadrados construidos, si bien el solar sobre el que se asienta se eleva a 370.000 metros cuadrados.
Mucho se ha hablado de este complejo, pero muy poco de sus jardines, una pieza clave del proyecto arquitectónico, no solo por sus valores paisajísticos, sino porque son depositarios del concepto de campus antes mencionado. Sus más de 168.000 metros cuadrados dan cuenta de la importancia que tienen dentro del conjunto.
Los jardines fueron proyectados por James Braybrook, a partir de distintos principios rectores que tratan de interpretar la identidad corporativa de Telefónica.
El carácter multinacional de la compañía queda plasmado en los patios exteriores, llamados Jardines de la Diversidad precisamente por ello, mientras que su origen español se transmite a través del patio central, donde confluyen elementos de la historia de la jardinería de nuestro país.
El propio diseño de este patio como un espacio cerrado y protegido es todo un guiño a la tradición hispana, al igual que el tratamiento que se hace del agua, de clara inspiración andalusí, o la existencia de plazas pequeñas y recogidas, así como de pasarelas, que evocan las existentes en los Reales Alcázares de Sevilla.
La idea de vanguardia, otro de los valores que Telefónica intenta comunicar con su imagen, se apoya en la formalidad ortogonal del trazado, además de en la utilización de materiales innovadores, que subrayan la pureza de líneas. Y el hecho de que los jardines sean accesibles al público en general, no solamente a los empleados, refuerza el afán de apertura de la empresa.
Todo ello con el principio de la sostenibilidad como eje vertebrador. La inclusión de sistemas que permiten el aprovechamiento de las aguas pluviales y residuales, la sustitución de las superficies duras por pavimentos flexibles o el esfuerzo realizado para adaptar los recursos a los factores bioclimáticos son algunos ejemplos que ilustran esta directriz.
Los jardines constan de cinco áreas fundamentales: los Jardines de la Diversidad, el Parque de las Comunicaciones, los Jardines de los Caños, los Miradores de Magnolias y los Espacios de Trabajo.
Jardines de la Diversidad
Bajo este nombre genérico se agrupan cuatro patios independientes, uno por cada punto cardinal, que cumplen la función de facilitar el acceso tanto a los edificios principales como al patio central. Son espacios abiertos al exterior, más cercanos al concepto de plaza que al de jardín, que tienen la particularidad de estar cubiertos con una enorme marquesina.
Cada uno de ellos ha recibido un tratamiento individualizado, en función de las condiciones ambientales que determina su orientación geográfica. Los situados al norte y al este, en zonas de sombra, han sido poblados con especies caducifolias, como el abedul, el arce o el tupelo, acostumbradas a la humedad. En los patios del sur y del oeste, más soleados, hay granados, palmeras e, incluso, arbustos asiáticos.
Al igual que en las restantes áreas, el agua define la fisonomía de estos cuatro jardines. El líquido elemento llega a cada jardín por medio de un canal y cae en un estanque, en el que se han habilitado pequeñas isletas para plantaciones de árboles. Después resbala por una pared vertical y se deposita en otro estanque, situado en un nivel inferior.
Parque de las Comunicaciones
El Parque de las Comunicaciones tiene acceso directo desde los patios de sombra (norte y el este) e indirecto desde los patios de sol (sur y oeste). Su especie vegetal dominante son los almeces, que se distribuyen en hileras formando un bosque geometrizado. Bajo el mismo se extienden parterres de plantas tapizantes, atravesados por caminos y pequeñas plazas, pensadas para el descanso.
En el centro del bosque se abre un enorme claro, ocupado en su mayor parte por un lago de planta rectangular, del que emana un surtidor. Alrededor de éste el terreno se escalona, configurándose una especie de anfiteatro vegetal, que enmarca la lámina de agua y pone el contrapunto a las edificaciones.
Jardines de los Caños
El lago que acabamos de citar se alimenta de varias canalizaciones que provienen de los Jardines de los Caños, llamados así por las fuentes allí instaladas. Éstas consisten en sencillos pilones, de clara influencia hispano-árabe, que se mantienen llenos gracias al vertido de varios caños.
Son jardines aterrazados, más ligeros que los anteriores, con una vegetación exhuberante. Destacan especies como el arce japonés, el árbol del hierro o el bambú enano.
Miradores de Magnolias
Los Miradores de Magnolias se conciben como un lugar intermedio entre los patios de sol (sur y oeste) y el patio central. Su ubicación en un nivel superior permite contemplar unas magníficas vistas del Parque de las Comunicaciones.
Espacios de Trabajo
Son plazas de jabre -un material arenoso procedente de la disgregación del granito-, enclavadas en puntos periféricos del Parque de las Comunicaciones. Han sido adornadas con especies características de zonas secas, combinadas con plantaciones florales.