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lunes, 27 de septiembre de 2010

La iglesia medieval de Prádena del Rincón

Prádena del Rincón es un municipio de apenas 120 habitantes, situado en el vértice septentrional de la Comunidad de Madrid, en plena comarca de la Sierra Norte.

Su término se extiende por una zona montañosa, recientemente bautizada como la Sierra del Rincón, cuyo interés ambiental ha merecido la declaración de Reserva de la Biosfera por parte de la UNESCO.

Además de poseer un entorno natural privilegiado, este pequeño pueblo cuenta con uno de los monumentos medievales más interesantes de la región madrileña.

Se trata de la Iglesia de Santo Domingo de Silos, que sorprende por la singularidad de su traza y la convivencia de dos estilos que, como el románico y el mudéjar, son difíciles de encontrar en una misma edificación.

Especialmente importante es su pórtico septentrional, que mantiene intacta su magnífica factura mudéjar.


El templo pudo ser levantado en el siglo XII, en el contexto de los procesos de repoblación llevados a cabo por los cristianos, tras la reconquista del centro peninsular a finales del siglo XI.

Se sabe que, en un primer momento, estuvo dedicado a Santo Tomé y que, en 1529, quedó bajo la titularidad de Santo Domingo de Silos.

El cambio de advocación fue aprovechado para realizar diferentes obras de reforma, que supusieron la desaparición de la nave primitiva y la construcción de un segundo pórtico, en la fachada meridional, por donde hoy día se accede. Afortunadamente, la torre, el ábside, el presbiterio y el atrio del lado norte se conservan en estado original.

Todo ello está siendo objeto de una profunda restauración, por parte de la Comunidad de Madrid.

Descripción general

Como es preceptivo en la arquitectura religiosa medieval, la cabecera se orienta a levante. De estilo románico, está formada por un ábside semicircular, hecho en sillarejo, que se cubre mediante una bóveda de cuarto de esfera apuntada.

En su punto central se abre un pequeño vano, que asemeja una aspillera. Existe una segunda abertura en uno de los lados, de mayores dimensiones, realizada en época moderna.

El exterior del ábside es prácticamente liso, excepción hecha de la cornisa, recorrida por una corona de canecillos con algunos motivos geométricos, como bolas.


La cabecera queda unida a la nave por medio de un tramo rectangular, algo muy común en el estilo románico. Menos frecuente resulta la situación de la torre, que se eleva sólida y poderosa desde el presbiterio, ocupando la totalidad de su planta. El modelo más común, al menos en tierras castellanas, es una ubicación en el costado norte.

Esta configuración confiere al conjunto un aspecto fortificado, sensación que queda remarcada por la desnudez de los muros, las grandes magnitudes de los distintos elementos arquitectónicos y la presencia de diferentes piezas que recuerdan la arquitectura militar medieval, caso de las aspilleras.


En la parte superior de la torre se ubica el campanario, con cuatro troneras en los lados oriental y occidental y dos en los flancos restantes. Dos de ellas se destacan en tamaño, tras procederse a su ampliación para poder alojar las campanas.

La torre presenta fábrica de mampostería, si bien los esquinales del campanario y los arcos de las troneras son de ladrillo. Su acceso se realiza por medio de una escalera de caracol, adosada a la torre por su parte exterior y protegida mediante una estructura de mampuesto.

En lo que respecta al interior, hay que mencionar el arco apuntado y doblado, que sirve de nexo entre el presbiterio y la nave, también de origen medieval, así como una pila bautismal de piedra, de finales del siglo XVI.

El altar mayor estuvo decorado con un retablo de estilo churigueresco, realizado en 1716, pero se perdió en un incendio. Sólo consiguió salvarse una imagen de Nuestra Señora del Carmen, patrona de Prádena, que fue rescatada por los propios vecinos.

El pórtico septentrional

Dejamos para lo último la galería porticada del lado norte, sin duda alguna el elemento de mayor valor arquitectónico de todo el templo. Es de las pocas partes de la iglesia que no tiene fábrica de piedra, sino de ladrillo, siguiendo pautas marcadamente románico-mudéjares.

Los expertos consideran que se trata del mejor pórtico que se conserva de este estilo. A diferencia de los existentes en Órbita (Ávila), Fuentepelayo y Cúellar (Segovia), ha llegado hasta nosotros completo, sin grandes alteraciones posteriores, lo que le da una relevancia histórica enorme.

Vista de la fachada septentrional, con el pórtico románico-mudéjar en primer término. Cuando visitamos el templo (septiembre de 2010), el pórtico se encontraba oculto por los trabajos de restauración que está llevando la Comunidad de Madrid en el conjunto de la iglesia. Por esta razón, hemos tomado prestada esta fotografía de www.astragalo.net, donde puede apreciarse la galería porticada sin andamiajes.

El románico-mudéjar, también conocido como mudéjar castellano-leonés o románico de ladrillo, es realmente una degeneración del románico propiamente dicho. Surgió en León en el siglo XII y se expandió por las actuales provincias de Zamora, Salamanca, Valladolid, Ávila y Segovia, hasta traspasar el Sistema Central, alcanzando la parte septentrional de la Comunidad de Madrid y la occidental de Guadalajara.

Su rápida propagación fue posible gracias a la sustitución de la piedra, característica del románico puro, por el ladrillo, mucho más económico y fácil de trabajar, lo que redujo sensiblemente los costes y los tiempos de construcción.

Este material abrió nuevas posibilidades en el tratamiento de los volúmenes y de las formas, hasta entonces inéditas, dando lugar a un nuevo estilo, que, sin apartarse de los principios fundamentales del románico convencional, pronto adquirió rasgos propios y exclusivos.

Interior del pórtico, en plena restauración.

El pórtico de Prádena del Rincón es de planta rectangular y está adosado a la fachada. Presenta cubierta de teja árabe, que se dispone inclinada a modo de prolongación del tejado de la nave principal.

Su fachada principal consta de cinco vanos, todos con la misma luz y la misma altura, salvo el central, que tiene un tamaño mayor, pues inicialmente debió ser un acceso. Están formados por arcos doblados de medio punto, recuadrados mediante un alfiz. Hay también arcos similares a los lados, uno por cada costado.


Antigua portada principal, también en restauración.

Bajo el pórtico se encuentra la que, en su momento, fue la entrada principal de la iglesia, un excelente ejemplo de portada románico-mudéjar. En consonancia con el modelo imperante en el siglo XII, está arquivoltada y enmarcada dentro de un alfiz. En concreto, tiene cuatro roscas semicirculares.

En busca del románico y del mudéjar

La serie "En busca del románico y del mudéjar" consta de estos otros artículos:

Esta serie de reportajes pretende dar a conocer las muestras arquitectónicas románicas y mudéjares que existen en la Comunidad de Madrid. Aunque no son tan abundantes como las de otras provincias vecinas, resultan especialmente relevantes desde un punto de vista histórico.

La situación de nuestra región en el centro peninsular, donde convergieron las corrientes artísticas que llegaban del norte, caso del románico castellano-leonés, y las que procedían del sur, como el mudéjar toledano, convierte a la Comunidad de Madrid en un punto de referencia para entender la evolución de la arquitectura medieval española en los siglos XII y XIII.