jueves, 11 de noviembre de 2010

Las cuatro damas madrileñas de Manolo Valdés

Madrid tiene la suerte de albergar cuatro esculturas urbanas de Manolo Valdés (Valencia, 1942), uno de los artistas españoles de mayor proyección internacional y dinamismo creativo. Fue uno de los tres fundadores del Equipo Crónica (1963-1981), que tanto contribuyó a renovar la pintura de nuestro país en el último tercio del siglo XX.

Se trata de cuatro cabezas de mujer, ataviadas con llamativos tocados, que parecen inspirarse en las figuras femeninas de pintores como Velázquez, Zurbarán o Matisse. Llegaron a la capital en el año 2003 y fueron instaladas en espacios públicos, en contacto directo con el ciudadano, ya que, en palabras del propio autor, "el arte no se ha hecho para estar en un museo".

La primera de las damas que ocupa nuestra atención preside un cerro artificial del Parque Lineal del Mananzares, donde destaca poderosamente debido a su descomunal tamaño. Las otras tres, mucho más pequeñas y desconocidas, se encuentran en el Aeropuerto de Barajas y forman parte de un mismo conjunto.

'La Dama del Manzanares'



De esta imponente escultura, hecha en bronce y en acero, ya hablamos en su momento, en el artículo denominado "Monumentos dedicados al Manzanares". Mide 13 metros de alto y pesa alrededor de 8 toneladas.

Corona una estructura piramidal, que fue diseñada por el arquitecto Ricardo Bofill (Barcelona, 1939), como uno de los elementos constructivos de mayor simbolismo del Parque Lineal del Manzanares.

Con esta obra, Manolo Valdés quiso simbolizar la relación de la ciudad con su pequeño río, tantas veces denostado a lo largo de la historia. De ahí que la dama esté orientada al norte, mirando hacia el casco histórico madrileño, con el cauce del Manzanares a sus espaldas.



'Las tres damas de Barajas'

Con este nombre es conocido el grupo escultórico que adorna la zona de facturación de la Terminal 4, un lugar que entusiasmó a Valdés desde el primer momento, incluso antes de ser inaugurado. "Es precioso, un sitio muy puro y tecnológico a la vez, con un techo escultórico; y cambia tanto con la luz durante el día que no sabes cuándo está más bello".

Lo conforman tres bustos independientes de bronce, de unos cuatro metros de alto y tres de ancho cada uno, colocados de tal modo que se diría que están conversando entre sí. Cada pieza pesa aproximadamente 1.700 kilos, que se elevan a 2.300 si se añaden las peanas de sujeción.

En un intento por definir una personalidad propia e intransferible para cada escultura, el artista las bautizó con un nombre diferente, resaltando en cada caso un determinado aspecto del "eterno femenino". Y para reforzar este efecto le pidió al escritor Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936) que creara un texto identificativo para cada una.

Éstos son sus nombres, con sus respectivas cartas de presentación, salidas de la pluma del último Premio Nobel de Literatura:

La realista. "Sólo existe lo que piso, miro, siento y toco: la lluvia que nos moja, los perros que nos huelen y los apresurados, transeúntes. Detesto las mentiras de la irrealidad. Acato sin protestar la tiranía de todo lo existente. Sólo amo lo posible y me sublevo contra el hechizo de las ilusiones. Pobres amigas, ustedes tienen miedo a la vida y por eso se esconden entre las musarañas de las fantasías. Yo sé vivir".



La coqueta."¿El secreto de mi felicidad? La esquiva sonrisa que atiza el hambre del amor de los viajeros, el ligero mohín que ensalza la curva de mis labios y describe la nieve relampagueante de mis dientes. Una rodilla, un empeine, el lóbulo de la oreja, las aletas de la nariz pueden insinuar cosas hermosas y llenar de deseos a los hombres. Amigas, ustedes sólo sueñan, yo hago soñar".



La soñadora. "Amigas. Ustedes envidian los lujos que no tengo: los estanques de rocío y de lágrimas donde unos pececillos dorados me acarician los pies en las mañanas y los collares de mariposas que aletean alrededor del cisne que es mi cuello a la caída de la noche. Envidian la miel que abejas rumorosas destilan en mi boca y las ardientes poesías de amor que compone para mí mi tierno enamorado y que entonan a mis oídos los pájaros cantores. Envídienme, envidiosas: sí, sí, yo soy, ama y señora del espejismo y de los sueños."

4 comentarios:

  1. Hola Jesús! Fantastico post, solo conocia la del Parque Lineal del Manzanares, que aunque a mucha gente no le gusta, a mi la verdad es que me encanta. Las de la T4 no las conocia, pero me parecen geniales.
    Gracias por mostrarnoslas. Enhorabuena.

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  2. Me gusta mucho Valdés, sus "damas", sus meninas, y casi todo, y me gusta tu post :-)
    ¡Gracias, Jesús!

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  3. Gracias José y Mercedes. Las damas son fantásticas; es ese tipo de arte urbano que conecta con la gente. Un abrazo y feliz fin de semana, Jesús

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  4. Vaya, conocco muy bien a "la cabezona" como yo la llamo, curiosa su historia. Me gustan mucho también sus primas de Barajas, gracias por presentarmelas, no tenía el gusto de conocerlas :-)

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