Recuperamos la sección "El río Manzanares según...", que pretende plasmar los escritos y obras pictóricas que, a lo largo de la historia, se han inspirado en nuestro pequeño río.
Nos centramos en esta ocasión en la pintura paisajista española del siglo XIX, pero dejando a un lado a uno de sus máximos exponentes, el gran Aureliano de Beruete (1845-1912), al que dedicamos un artículo entero hace pocos meses.
José María Avrial
Empezamos con José María Avrial y Flores (1807-1891), discípulo del pintor italiano Fernando Brambilla (1763-1832). Claramente influido por éste, cultivó un paisajismo clásico, más cercano al concepto de vistas idealizadas que al estilo romántico propio del momento, por no hablar de los impulsos vanguardistas que marcarían la evolución del género a partir de la segunda mitad del siglo XIX.
Para Avrial el Manzanares no fue un tema en sí mismo, sino un elemento escenográfico más, que acompañaba a sus espléndidas panorámicas de la cornisa de Madrid, su verdadero centro de atención.
Tal extremo puede comprobarse en esta Vista del Palacio Real desde la montaña de Príncipe Pío, acabada en el año 1836, que se encuentra en el Museo de Historia de Madrid.
Genaro Pérez Villaamil
Genaro Pérez Villaamil (1807-1854) es el principal representante del paisajismo romántico español. Aunque gallego de nacimiento, pasó buena parte de su vida en Madrid. Su carrera estuvo muy influenciada por el pintor escocés David Roberts (1796-1864), al que Villaamil conoció en 1833.
El cuadro que reproducimos, Las lavanderas del Manzanares, sintetiza las características esenciales de su estilo. Mediante una técnica empastada y el recurso a una amplia perspectiva, el paisaje queda envuelto bajo una atmósfera dorada y cálida, que imprime a la composición un aire de ensoñación y enigmático, absolutamente romántico.
Esta obra pertenece a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y fue realizada hacia 1835. El puente que se ve en el centro es el desaparecido Pontón de San Isidro.
Carlos de Haes
El artista de origen belga Carlos de Haes (1829-1898) es considerado como el gran renovador del paisajismo español. De acuerdo con los postulados europeos de la época, defendió el realismo en el género, a partir de una rigurosa observación del paisaje durante la fase de preparación de los bocetos, que culminaría después con un minucioso trabajo de taller.
La naturaleza de Madrid estuvo siempre presente en su paleta, sobre todo a raíz de su nombramiento como académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde tuvo como alumnos a Darío de Regoyos y a Aureliano de Beruete, otros dos célebres paisajistas. En la citada institución se exhibe este Paisaje de la ribera del Manzanares, que el autor concluyó en 1857.
Casimiro Sainz Saiz
Casimiro Sainz Saiz (1853-1898) fue un pintor cántabro que tuvo una vida muy corta, marcada desde la juventud por una terrible enfermedad mental. Siguió la estela naturalista de Carlos de Haes, con un cierto gusto por el misterio, rasgo que resulta especialmente visible en el cuadro que recogemos. Lleva por título Orillas del Manzanares y es propiedad del Museo Municipal de Bellas Artes de Santander.
Darío de Regoyos
Darío de Regoyos (1857-1913) se alejó de los planteamientos naturalistas de su maestro, Carlos de Haes, para abrazar en su etapa de madurez el impresionismo, que el artista abordó con una atrevida técnica puntillista, no muy apreciada en su momento.
Hizo paisajes de numerosos puntos de la geografía española, entre los que no podía faltar Madrid, la ciudad donde se formó y donde pintó esta Ribera del Manzanares, que se conserva en una colección particular.
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Hola Jesús,
ResponderEliminarMagníficos paisajistas a los que recurrimos con bastante asiduidad para acompañar nuestros artículos y que, quién sabe si desvirtuadas, plasmaron esas riberas antaño tan frondosas.
Ojalá pudiéramos retroceder en el tiempo y darnos un paseíto por esos idílicos margenes "manzanareños".
Buen homenaje, gracias.
Un abrazo.
Hola Jesus. Magnifico post. Un gran trabajo de recopilacion de datos e imagenes, de estos explendidos paisajistas, que tan bien plasmaron, con sus distintos estilos, nuestro querido Manzanares.
ResponderEliminarRepito, magnifico post. Un abrazo.
Hola Jesús. Espléndido recorrido por nuestro rio y los diferentes estilos del XIX, desde la rigidez clasicista del discípulo de Brambilla hasta el impresionismo de Regoyos, con el que me quedaría sin dudarlo.
ResponderEliminarEnhorabuena por esta sección.
Abrazos
Hola Jesús,
ResponderEliminarya sabes cuánto me gustan "mi" Manzanares, y sus pintores, así que este post me parece una preciosidad, un post para guardar.
un abrazo
PD: y una vez más, ¡gracias por el enlace!
Estupendo trabajo, Jesús, de nuevo nos has demostrado que sigues siendo una inagotable fuente de información sobre Madrid. Enhorabuena.
ResponderEliminarLo comparto en facebook. Un abrazo
Hola Manuel:
ResponderEliminarPues sí. No sé si exageradamente, pero lo cierto es que las riberas del río aparecen frondosísimas. Incluso se ve agua, jeje.
Un abrazo, Jesús
Hola José:
ResponderEliminarCon tus recorridos por el río, con esa fabulosa serie sobre el Manzanares con la que nos obsequiaste, y con estos recorridos pictóricos que hacemos desde aquí, creo que rendimos un buen homenaje a nuestro aprendiz de río.
Un abrazo y muchas gracias, Jesús
Hola Antonio:
ResponderEliminarYo también me quedo con el cuadro de Darío de Regoyos, pero, no sé, también con la obra de Pérez Villaamil, que me ha sorprendido con ese tratamiento nebuloso de sus paisajes.
Muchas gracias. Un fuerte abrazo, Jesús
Gracias Mercedes. A mí me pasa lo mismo, tengo debilidad por todo lo relacionado con el Manzanares. Creo que en su "pequeñez" reside todo su encanto.
ResponderEliminarUn abrazo, Jesús
Hola Mingo:
ResponderEliminarGracias por tus palabras, no se merecen!! Es toda Madroñosfera la que se ha consolidado como una formidable y rigurosa fuente de conocimientos sobre la Comunidad de Madrid. Desde aquí, sólo aportamos un pequeño granito de arena.
Un abrazo, Jesús
Que preciosidad de paisajes. Vuelvo a insistir en la envidia que me da no poder ver esas vistas en la época.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, Bélok. El precipitado crecimiento de la ciudad en los años 60 y 70 nos ha dejado sin esas preciosas vistas del río y de la ciudad.
ResponderEliminarMuchas gracias y un abrazo!!
Hermosa entrada. Qué acojonante el de Regoyos, qué poco valoramos a los impresionistas patrios.
ResponderEliminarHola Carlos, completamente de acuerdo. Valoramos poco y mal lo que tenemos. Un abrazo, Jesús
ResponderEliminarExcelente comentario. Me ha encantado y creo que es gran valor tu trabajo e indagación de este río tan entrañable unido a la pintura. Como artista que soy me siento muy vinculado a este río que en muchas ocasiones he pintado. Enhorabuena.
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