En esta ocasión hablamos de la Fuente del Águila, uno de los principales elementos ornamentales de los desaparecidos jardines renacentistas de la Casa de Campo, donde estuvo hasta 1890.
En ese año fue trasladada a San Lorenzo de El Escorial, concretamente al patio central de la Casa de la Compaña, un edificio herreriano, anexo al Real Monasterio, que alberga la sede del Centro Universitario María Cristina, dependiente de la Universidad Complutense.
Fotografía de Santiago López-Pastor Rodríguez (monumentalnet.org).
Historia
El Real Sitio de la Casa de Campo surgió en el último tercio del siglo XVI, tras la compra por parte de Felipe II (r. 1556-1598) de la vivienda que la familia de los Vargas poseía en la orilla derecha del río Manzanares, así como de los terrenos colindantes.
La intención del monarca era crear un entorno privado alrededor del Real Alcázar, con una finalidad preferentemente recreativa y cinegética.
En 1562, el arquitecto Juan Bautista de Toledo (1515-1567) recibió el encargo de acondicionar tanto la finca como la Casa de los Vargas, que quedó convertida en un hermoso palacete.
Siguiendo las corrientes renacentistas de la época, dispuso sobre las fachadas varios pórticos de arcos y columnas dóricas, que favorecían la conexión del edificio con los jardines y parajes silvestres contiguos.
Enfrentada a la cara principal, trazó una plaza de planta octogonal, en cuyo centro colocó la Fuente del Águila, llamada así por el águila imperial bicéfala que la coronaba, de la que no se tiene ningún rastro.
Poco se sabe sobre el origen de esta obra, aunque se cree que fue realizada en Italia, muy probablemente en Génova, en el último tercio del siglo XVI.
Si bien algunos investigadores la atribuyen al escultor florentino Giovanni Angelo Montorsoli (1507-1563), lo cierto es que no hay consenso sobre su autoría.
Los jardines fueron objeto de diferentes transformaciones en los primeros años del siglo XVII. Una de las principales fue la instalación en 1616 de la estatua ecuestre de Felipe III (r. 1598-1621), actualmente en la Plaza Mayor, justo delante de la Fuente del Águila.
Aunque con los cambios la fuente quedó relegada y casi oculta en medio de una frondosa arboleda, todo el conjunto ganó en belleza y monumentalidad.
Esta disposición es la que reflejan las pinturas más antiguas que se conservan de la Casa de Campo, como las que reproducimos a continuación.
'Paisaje de la Casa de Campo', de Félix Castello (1634). Museo de Historia, Madrid. La fuente puede verse a la derecha, escondida entre los árboles.
'Vista de los jardines de la Casa de Campo' (detalle), Anónimo madrileño (siglo XVII). Museo de Historia, Madrid.
Descripción
A finales del siglo XVIII, el humanista ilustrado Antonio Ponz (1725-1792) hizo una detallada descripción de la Fuente del Águila, que extractamos de su obra Viage de España o cartas en que se da noticia de las cosas mas apreciables y dignas de saberse, que hay en ella (Madrid, 1772-1794):
"Más adelante en la misma calle del Caballo [por la estatua ecuestre de Felipe III], se levanta una magnífica y hermosa fuente de mármol, que consta de cuatro tazas superpuestas.
La mayor y más baja es de figura octogonal, colocada sobre tres gradas; en cada ángulo hay una cabeza de león, y haciendo pié, en la parte inferior, una garra del mismo animal.
En los espacios intermedios alternan águilas de dos cabezas y máscaras, formando con el collar del Toisón una especie de festón que pende de las cabezas de los leones, de las máscaras y de las águilas. En las molduras de dicha taza hay diferentes labores de conchas, delfines, hojas..."
Fotografía de Santiago López-Pastor Rodríguez (monumentalnet.org).
"Para sostener la segunda taza hay tres figuras de tritones. La tercera taza está sostenida por tres figuras, más pequeñas que las de abajo; son desnudos de hombres. La taza cuarta se sostiene por tres niños enteramente relevados y una columnita enmedio. Encima de la última taza hay un águila de dos cabezas y esto indica que la fuente se hizo en tiempos de Carlos V".
Su titularidad corresponde a Patrimonio Nacional, el organismo que gestiona los bienes y propiedades que estuvieron en manos de la Corona.
"Para sostener la segunda taza hay tres figuras de tritones. La tercera taza está sostenida por tres figuras, más pequeñas que las de abajo; son desnudos de hombres. La taza cuarta se sostiene por tres niños enteramente relevados y una columnita enmedio. Encima de la última taza hay un águila de dos cabezas y esto indica que la fuente se hizo en tiempos de Carlos V".
Fotografía de Santiago López-Pastor Rodríguez (monumentalnet.org).
La fuente se conserva en buen estado en su actual ubicación de San Lorenzo de El Escorial, si bien le faltan algunos de los elementos citados por Antonio Ponz.
Con el paso del tiempo se ha perdido la base de piedra sobre la que se asentaba, que era de forma octogonal, al igual que la plaza que presidía. También desapareció la figura del águila que le daba nombre, como ya hemos señalado.
Con el paso del tiempo se ha perdido la base de piedra sobre la que se asentaba, que era de forma octogonal, al igual que la plaza que presidía. También desapareció la figura del águila que le daba nombre, como ya hemos señalado.
Su titularidad corresponde a Patrimonio Nacional, el organismo que gestiona los bienes y propiedades que estuvieron en manos de la Corona.
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Muy bien. Estupendo artículo. Y gracias porque se aprende mucho, algo que es siempre de agradecer.
ResponderEliminarsaludos
Hola Jesús,
ResponderEliminarPreciosa fuente, no la conocía. Lástima la ausencia del águila imperial que la coronaba, pues debía realzarla, además de elevar su altura.
¿Patrimonio Nacional vela por su cuidado?, pues no se emplea a fondo en tan importante labor, por eso llegan hasta nuestros días tan mermadas las obras bajo su custodia.
Siempre acabaremos con la coletilla de "algo es algo", al menos nos llegan monumentos de forma física y no sólo de forma gráfica.
Buen artículo, Jesús. Gracias.
Un abrazo.
Hola Txema. Muchas gracias por tu comentario. Me alegro de que te haya gustado. Ésa es nuestra intención: descubrir lo que está menos a la vista.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Jesús
Hola Manuel:
ResponderEliminarTienes razón con lo de Patrimonio Nacional. Cada vez entiendo menos algunas de sus actuaciones. Fue gravísima la desprotección que se hizo del entorno del Palacio Real para construir el Museo de Colecciones Reales (quitaron o rebajaron todos los niveles de protección legal de la zona). Y grave me parece lo de esta fuente, ya que está instalada en un edificio prestado al Centro Universitario María Cristina, que, pese a su adscripción a la UCM, es un ¡¡centro privado!!!
Gracias y un abrazo, Jesús
Jesus, estupendo articulo, no tenia ni idea de esta historia, no sabia nada de la fuente, y mucho menos su destino posterior.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con el tema, de Patrimonio Nacional. Debe de cuidar de los antiguos bienes de la corona? El Casino de la Reina, la Quinta de Vista Alegre,......en fin,
Un abrazo.
Completísimo, más que erudito,
ResponderEliminargracias por el post, Jesús,
muchos saludos.
De nada. Hace unos días gracias a este blog me enteré de detalles sobre el puente del Retamar y he hecho unas fotos estupendas (bueno a mi me lo parecen). Así que de nuevo gracias.
ResponderEliminarUn saludo
Hola José. Tienes razón, la lista de bienes que gestiona Patrimonio Nacional es larga. El problema es que muchos pasaron a manos privadas o municipales y se han perdido para siempre...
ResponderEliminarGracias y un abrazo, Jesús
Hola Mercedes. Muchísimas gracias por los elogios. No se merecen...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Jesús
Gracias a ti, Txema. Seguro que las fotos fueron espectaculares, el Puente del Retamar da mucho juego, incluso para mí, que no controlo mucho de fotografía.
ResponderEliminarUn abrazo, Jesús
Lo peor de que esté en el Escorial es que allí el clima es extremo y descompone la piedra
ResponderEliminarHola Anónimo. Gracias!! Patrimonio Nacional tendría que hacer todo lo posible para que esa fuente retornara a Madrid. No se explica bien que un monumento que nos pertenece a todos sólo esté al alcance de unos pocos, dentro de un recinto que se usa privadamente. Lástima que el proyecto de recuperación de los jardines renacentistas de la Casa de Campo, gestado durante la época de Gallardón, no se llevara a cabo.
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