martes, 20 de marzo de 2012

El Portal de Cofreros



El Portal de Cofreros, uno de los nueve accesos de la Plaza Mayor, se encuentra en la parte alta de la Calle de Toledo. Se trata de un espacio porticado, poblado hoy día por numerosos bares, restaurantes y terrazas, que, en su tiempo, acogió una intensa actividad  mercantil de la mano del gremio de cofreros, establecido en esta zona desde el periodo tardomedieval.

El aspecto actual de este recinto es fruto de las actuaciones realizadas a finales del siglo XVIII y principios del XIX, tras el incendio de la noche del 16 de agosto de 1790, que asoló la Plaza Mayor. El fuego se inició en el Arco de Cuchilleros y se propagó rápidamente por los lados occidental, que desapareció por completo, y también por el meridional, que quedó destruido parcialmente.


'Vista de las ruinas de la Plaza Mayor de Madrid' (1790). Museo de Historia de Madrid.

En su calidad de arquitecto mayor de la villa, Juan de Villanueva (1739-1811) se responsabilizó de las labores de reconstrucción. Dada la magnitud de las pérdidas, buscó una solución integral, con importantes intervenciones tanto en la plaza como en los accesos afectados, entre ellos el portal que ocupa nuestra atención. El resultado fue una sustancial transformación del trazado original de Juan Gómez de Mora (1586-1648).

En lo respecta al Portal de Cofreros, Juan de Villanueva replicó el modelo planteado para la Plaza Mayor, con el mismo tipo de pórtico adintelado e inmuebles de tres plantas, siguiendo la línea propuesta para los lienzos de la plaza, que, antes del incendio, constaban de cinco alturas.

Su proyecto contemplaba la construcción de seis edificios en cada flanco de la calle, soportados cada uno de ellos sobre una estructura porticada de cuatro vanos, excepto los más próximos a la plaza, que presentaban solamente tres. Para adaptarse a la pendiente de la vía, los edificios quedaban escalonados.


'Diseño demostrativo de cómo debe construirse el Portal de Cofreros'. Juan de Villanueva (1790). Biblioteca Nacional de España.

Sin embargo, si se pasea por el Portal de Cofreros, puede comprobarse que el lugar no concuerda plenamente con el diseño que se acaba de describir. El recinto presenta fallos arquitectónicos notables y adolece, en algunos tramos, del espíritu armónico y equilibrado característico de la obra de Villanueva.

No todos los inmuebles mantienen la misma altura, al tiempo que se utilizan varios tipos de soportales o se recurre a medidas desiguales para separar los pilares.



La explicación a todos estos desmanes hay que encontrarla en la modalidad elegida para la ejecución de las obras, que se dejó enteramente a la iniciativa de particulares. Los edificios se construyeron en plazos de tiempo muy dilatados, sin seguir al pie de la letra las pautas dadas por Villanueva.

Lo más curioso es que el arquitecto tuvo que aportar a cada promotor, caso a caso y durante el resto de su vida, el plano de detalle correspondiente a su fachada.


El Portal de Cofreros en octubre de 1936, pocos meses después del estallido de la Guerra Civil.

8 comentarios:

  1. Hola Jesús,
    es muy interesante todo lo que cuentas, ¡muchas gracias!.
    En último término, el trocito de calle me parece precioso,
    saludos!

    ResponderEliminar
  2. Hola Jesús,
    Es un trozo de calle con mucho sabor y esa anarquia en la ejecución que nos cuentas le dió un aire muy castizo. En la primera foto se ve cómo más de un promotor listillo, aprovechando la fuerte pendiente, se las arregló para sacarle cuatro alturas al proyecto de sólo tres.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Hola Jesús,
    La imponente Plaza Mayor y todos sus aledaños tienen un sabor a "Madriz" innegable, pero viendo el croquis de Villanueva da la sensación de un proyecto de urbanización de adosados, jeje.
    ¿Las fotos las hiciste a una hora temprana?, porque es raro encontrar esa zona tan desierta.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Hola Jesus. Coincido con los comentarios sobre el trozo de calle que desemboca en la Plaza Mayor. Siempre me ha gustado y lo he fotografiado, creo que cada vez que paso por alli. Muy interesante el pos, con datos muy curiosos.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Gracias a ti, Mercedes. Completamente de acuerdo, ese acceso de la Plaza Mayor es precioso, a pesar de sus "irregularidades" arquitectónicas.

    Un abrazo, Jesús

    ResponderEliminar
  6. Es verdad, castizo en todos los sentidos de la palabra, incluida la picaresca que señalas. Seguro que Villanueva no pudo dormir tranquilo el resto de sus días con semejantes "listillos".

    Un abrazo y muchas gracias, Jesús

    ResponderEliminar
  7. Hola Manuel:
    No se te escapa ninguna. Ahí que me fui yo todo madrugador, para, efectivamente, evitar el terraceo y el gentío. Si es que esto de ser bloguero da mucho trabajo... ¿verdad?

    Un abrazo, Jesús

    ResponderEliminar
  8. Muchas gracias José. Con tu maestría fotográfica, tienes que tener una colección preciosa de la Plaza Mayor.

    Un abrazo, Jesús

    ResponderEliminar