La decisión de realizar esta infraestructura se tomó en 2001, en el contexto de apertura de nuevas líneas de alta velocidad. El proyecto recayó sobre Rafael Moneo, el mismo arquitecto que, años atrás, se puso al frente de la primera gran ampliación acometida en Atocha, culminada en 1992.
En su segunda intervención sobre la estación, Moneo ha apostado por un trazado continuista, absolutamente respetuoso con lo existente: "no queríamos una actuación que desvirtuara la anterior, se trataba de aumentar la capacidad sin cambiar mucho su forma".
Sin embargo, los materiales y tonos utilizados sí que marcan una ruptura con el pasado e introducen un lenguaje propio, no compartido, acorde con los nuevos tiempos.
Frente al ladrillo visto y el hormigón desnudo de la anterior remodelación, se emplean estructuras de acero pintadas de blanco, un "color más preciso y que permite un mejor mantenimiento", al tiempo que refleja mejor la luz.
La nueva terminal se ha concebido únicamente para las llegadas, en lo que constituye un planteamiento ciertamente novedoso, más en línea con un aeropuerto que con una estación ferroviaria al uso.
De ahí que muchos madrileños no la conozcan, ya que no puede visitarse libremente, sino que sólo es accesible para los viajeros que llegan a Madrid.
Las obras duraron dos años (de 2009 a 2010) y fueron dirigidas por Pedro Elcuaz, en calidad de colaborador de Rafael Moneo. El 12 de diciembre de 2010 tuvo lugar el acto de inauguración, aunque el complejo no entró en servicio hasta siete días después.
Descripción
La nueva terminal de llegadas se sitúa en la parte meridional de la Estación de Atocha y alberga un total de quince vías, que se reparten en ocho andenes.
Las cubiertas son, sin duda alguna, el elemento más destacado del conjunto, especialmente la denominada cubierta alta, que descansa sobre vigas de veinte metros de altura.
Consiste en una marquesina en paraboloide hiperbólico, con forma de abanico, en la que se abren grandes lucernarios de vidrio, orientados al norte, que permiten la entrada de la luz.
Un pasillo de 200 metros de largo por 31 de ancho, dotado con pasarelas rodantes, comunica los andenes con el vestíbulo de llegadas, que, a su vez, conecta con el intercambiador de Cercanías y Metro, así como con la salida y los aparcamientos. Varias bóvedas de acero modulado sirven de cubierta.
El citado vestíbulo se encuentra junto al cilindro rojizo que Moneo construyó durante la remodelación de 1992, todo un símbolo de la estación. Consta de dos plantas, que suman aproximadamente 2.800 metros cuadrados de superficie.
La salida al exterior se organiza alrededor de una plaza de nueva creación, que da a la Avenida de la Ciudad de Barcelona. Está decorada con dos esculturas de Antonio Löpez, hechas en 2008, que antes estaban colocadas en el interior, en uno de los vestíbulos.
Se trata de dos cabezas de niño, una con los ojos abiertos y la otra con los ojos cerrados. Llevan por nombre Dìa y Noche, respectivamente, y hacen una alusión alegórica a los ritmos y tiempos de una estación ferroviaria.
Hola Jesús,
ResponderEliminarTendré que montar en tren para poder admirar desde dentro esas magníficas bóvedas. En mi humilde opinión, un buen trabajo de Moneo, como no puede ser de otra forma. Aunque parece que sólo existen dos arquitectos en España. Entre Moneo y Calatrava se reparten todas las actuaciones.
Un abrazo.
P.D.: Perdón por la cuña publicitaria pero, ¿serías tan amable de echarle una ojeada a mi nuevo blog, madridpolis.blogspot.com y si das tu beneplácito incluirlo en la madroñosfera? (Todas las fotos están hechas en Madrid). Por supuesto, se admiten críticas, incluso destructivas. Gracias y otro abrazo.
Hola Mnauel:
EliminarGracias por tu "humilde" opinión, que comparto plenamente. He echado una ojeada a tu nuevo blog y es sencillamente espectacular. Desde aquí lo recomiendo: tiene unas fotos de exposición. Me ha encantado. Por supuesto, ya te he incluido en mi lista de recomendaciones.
Enhorabuena!! Un abrazo, Jesús
Hola Jesús, tu artículo es espectacular, ¡como la terminal!
ResponderEliminarLa conozco muy bien porque viajo en AVE con cierta regularidad, y tu post le hace justicia.
Y ¡una vez más! muchas gracias por el enlace, también tengo debilidad por esas esculturas de Antonio López.
Un abrazo
Hola Mercedes:
EliminarMe alegro de que te haya gustado. Creo que ha sido un gran acierto concebir la estación con una terminal de llegadas y otra de salidas. Creo que ordena mucho el tránsito de viajeros.
Un abrazo, Jesús
Hola Jesús,
ResponderEliminarHas hecho justicia a esta obra casi desconocida, discreta y eficaz, como no podía ser de otro modo viniendo de Moneo. Las fotos son estupendas y reflejan la gran luminosidad de Norte sobre los andenes.
Enhorabuena por el reportaje y un abrazo.
Hola Antonio:
EliminarMuchas gracias. Estoy de acuerdo. La obra de Moneo es una acumulación de aciertos, aunque a veces se le critique. Incluso esos lucernarios orientados al norte permiten que la luz entre pero que no deslumbre.
Un abrazo, Jesús
Me encanta , una arquitectura muy típica de Moneo como los cubos que construyó en San Sebastián , en la Zurriola . Que pena que sólo lo puedan visitar los que llegan a Madrid desde la estación de Atocha Un Saludo!!!!!
ResponderEliminarHola Slu:
EliminarOjalá tengas la oportunidad de ver la nueva terminal y de fotografiarla. Me gustaría mucho ver algún post en tu blog sobre esta construcción. Pero ¡¡¡hay que pagar billete!!!
Abrazos, Jesús
Hola, a mi me encanta Madrid, y en cuanto puedo viajo para allá, y mas con los precios actuales del AVE.
ResponderEliminarMi duda con la separación actual es que este verano quiero coger en Atocha el Alvia hasta Pamplona de las 11:35, si cojo el AVE que llega de Sevilla a las 11:15, ¿me daría tiempo, o tendría que llegar con mas margen?