Junto a estos gigantescos complejos, ha llevado a cabo obras de menor envergadura, que, no por ello, pierden en interés. Es el caso de la sede de A.M.A., situada en la Vía de los Poblados, y del inmueble construido en el número 48 de Gran Vía, dos de sus últimas intervenciones en la capital, que analizamos a continuación.
Sede de A.M.A.
Nuestro primer destino es la nueva sede de la Agrupación Mutual Aseguradora (A.M.A.), que se encuentra en el Parque Empresarial Cristalia, dentro del Campo de las Naciones. Fue edificada en el año 2010 e inaugurada en enero de 2011, aunque el proyecto data de 2006.
Con una superficie de más de 10.000 metros cuadrados, distribuidos en siete pisos, el edificio se concibe como un enorme paralelepípedo oblicuo, que se levanta del suelo desde una planta menor a la realmente ocupada. La sensación final es la de una fachada que va aumentando en volumen hasta alcanzar su plenitud a partir del segundo nivel de altura.
Esta configuración da lugar a dos voladizos laterales en plano inclinado, que, externamente, hacen más liviano el conjunto, al tiempo que permiten la conexión visual de los distintos elementos del paisaje. Internamente, la inclinación se aprovecha para crear, en uno de los voladizos, un auditorio.
Las fachadas reflejan las tensiones que confluyen en la estructura por medio de líneas diagonales, que recorren de arriba a abajo las caras longitudinales, en sentido divergente. Este trepidante ritmo se apacigua en los extremos, donde prima la horizontalidad.
Gran Vía, 48
Nos dirigimos ahora a la Gran Vía, esquina con la Calle de Tudescos, donde se ubica el primer inmueble construido en el siglo XXI en esta emblemática avenida. Ocupa el solar del desaparecido Banco Atlántico, un edificio de hormigón y cristal, levantado en los años sesenta del siglo XX y derribado en 2011, que siempre suscitó polémica.
Rafael de La-Hoz plantea un proyecto respetuoso, que no llama la atención, en el que se mantienen los ritmos, proporciones y alturas de los edificios colindantes. Todo ello interpretado con claves actuales, "ya que la nueva arquitectura no utiliza volutas, cariátides, cornucopias y bajorrelieves, a diferencia del resto de la calle", según sus propias palabras.
Tampoco los materiales son los de antes, aunque inicialmente, siguiendo ese principio de dialogar con la arquitectura existente, se contempló la posibilidad de utilizar revoco para la fachada, en la línea de otros inmuebles de la Gran Vía.
Finalmente se optó por un granito de procedencia gallega, cuyo suave colorido (un beige muy tenue, casi imperceptible) queda perfectamente integrado dentro del entorno, sin que ello menoscabe la especificidad cromática del edificio.
El principal reto del proyecto fue salvar la fractura que provoca la considerable altura del vecino Palacio de la Prensa, muy superior a la de la manzana donde se integra el edificio. Rafael de La-Hoz lo resuelve con una armónica combinación de volúmenes, que facilita el escalonamiento de las distintas alturas.
Mención especial merece el cuerpo cúbico de la parte superior, concebido como el 'peldaño' por el que se desciende visualmente desde el Palacio de la Prensa. Por su disposición en voladizo, como suspendido en el aire, creemos ver en este elemento un pequeño homenaje del autor a su padre, el también arquitecto Rafael de La-Hoz Arderius, que en la celebrada Torre Castelar buscó el mismo efecto de ingravidez.
A todo ello se añade el juego de líneas de las fachadas, conseguido mediante el cruce asimétrico de ejes verticales y horizontales, que no solo proporciona dinamismo a la composición, sino también profundidad, gracias a una configuración en saliente.
El edificio tiene una superficie de más de 12.000 metros cuadrados, que dan cabida a un total de trece plantas. Es de uso residencial y consta de 97 apartamentos, todos ellos de alto standing, que pueden llegar hasta los 310 metros cuadrados.
Hola Jesús,
ResponderEliminarNo puedo estar más de acuerdo en tus análisis de estas obras. Si bien, la fachada principal de AMA creo que es excesivamente gráfica, deudora y dependiente del logo corporativo (ver fotografías frontales de la fachada), se inserta perfectamente en el escenario del Campo de las Naciones. El edificio de Gran vía es impecable. Resuelve una integración extremadamente difícil sin abandonar nunca el lenguaje actual y hace borrar de la memoria el desafortunado, aunque pionero, muro cortina del Banco Atlántico e incluso el bellísimo edificio racionalista del cine Actualidades.
Te felicito por traer a tus paginas estos ejemplos de arquitectura actual de calidad.
Un abrazo
Gracias Antonio. Aunque al principio hubo mucha desconfianza con el edificio de Gran Vía 48, creo que el resultado final ha sido muy acertado. También me parece un acierto la sede de A.M.A., para mí su "pero" más importante es su localización, dentro de un parque empresarial, excesivamente acotado y "poco visible" para el gran público.
EliminarUn abrazo, Jesús
Hola Jesús. Preciosas fotografías, para mostrarnos estas obras arquitectónicas, llenas de diseño.
ResponderEliminarCreo que me he perdido alguno de tus post, que iré recuperando, pero ahora mismo, no tengo tiempo para dedicar a los blogs, ni al mio siquiera!
Un saludo.
Hola José:
EliminarTe echábamos de menos, pero entendemos que debes estar muy ocupado. No eres deudor de nada. Con saber que estás ahí, nos damos por satisfechos. Muchas gracias por el mensaje.
Un abrazo, Jesús
Tu descripción de los edificios es magistral, enhorabuena Jesús. Y las fotos son preciosas, perfectas para ilustrar lo que nos cuentas.
ResponderEliminarEste arquitecto es una de las "estrellas", quizá la más que más brilla, en la actualidad. Como dice Antonio, un acierto tu artículo.
Hola Mercedes:
EliminarMuchas gracias por tus palabras. ¿Será Rafael de la Hoz uno de esos "grandes", como ahora percibimos a Ribera, a Villanueva o a Ventura Rodríguez? Solo el tiempo lo dirá, pero de lo que no cabe duda es que es uno de los arquitectos más activos en estos momentos en Madrid. Para bien o para mal, está "modelando" buena parte de la ciudad.
Un abrazo, Jesús
Un elemento que parece muy típico de su visión arquitectónica es la de "envolver" la arquitectura con la fachada. Parece que esa cáscara arquitectónica está guardando una joya. Algo muy interesante en relación a esa privacidad que tanto busca el hombre y que encuentra en sus hogares.
ResponderEliminarInteresante post, sin dudas.
Un abrazo.
Hola Anónimo Castellano:
EliminarMe parece muy interesante tu observación. Es un envoltorio en toda regla, con toda la fuerza e importancia que pueda pueda tener un empaquetado de un regalo. Una "joya" que esconde otra "joya".
Un abrazo, Jesús
Hola Jesús,
ResponderEliminarEl edificio de la AMA no lo conocía pero fotográficamente me parece una maravilla y el de Gran Vía me parece un pegote con el que han resuelto un espacio con pocas posibilidades de lucimiento, pero ese hormigonazo entre dos señores edificios...
Un abrazo.
Hola Manuel:
Eliminar¡Cuánto tiempo! Me alegro mucho tenerte otra vez por aquí. Gracias por tu comentario, que, ¡qué le vamos a hacer!, no comparto en lo relativo al edificio de Gran Vía. Pero, bueno, para eso está la Madroñosfera, para intercambiar y poner en valor puntos de vista diferentes.
Un abrazo, Jesús
Buenos días, Guerra Esetena:
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la presentación que has hecho de Rafael de La-Hoz, del que apenas tenía noticias y a quien no había identificado con el edificio nuevo de la Gran Vía.
Me parece muy interesante. Por suerte el homenaje a su padre es muy discreto en su ingravidez, no como la mole que hizo aquel en la Torre Castelar.
Que tengas un buen día. Un saludo de Los Laberintos del Arte.
Hola,
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario y bienvenido a este blog.