lunes, 3 de febrero de 2014

Seis pinturas madrileñas de Luis Paret

Luis Paret y Alcázar (Madrid, 1746-1799) está considerado como el mejor pintor rococó de nuestro país. Hizo suyo este estilo en un momento en el que el neoclasicismo estaba más que consolidado, corriente a la que se apuntó al final de su trayectoria, aunque sin grandes aportaciones.

Ensombrecido por Francisco de Goya, del que fue coetáneo, podría afirmarse que fue la antítesis del genio aragonés, por su interés en mostrar un mundo amable y agradable a la vista, ajeno a la verdadera realidad social de la época.

Su producción fue muy variada, desde paisajes a cuadros de flores y temas religiosos, pasando por escenas costumbristas, ambientes cortesanos, retratos o vistas urbanas, que, siguiendo los principios del rococó, abordó de manera refinada y exquisita.

Artista de gran calidad técnica, su estilo se caracteriza por una factura empastada y preciosista, un colorido vibrante, en el que dominan los tonos pastel y los toques claros, y un sentido compositivo elegante y, al mismo tiempo, audaz.

La mayor parte de su carrera pictórica se desarrolló en Madrid, su ciudad natal, aunque en dos etapas bien diferenciadas, que analizamos a continuación.

En la primera, que duró hasta 1775, contó con el apoyo del Infante Don Luis, hermano de Carlos III, de quien recibía un sueldo con carácter periódico. De este momento hemos seleccionado tres cuadros, además de una obra de juventud.

En el citado año la relación de mecenazgo llegó a su fin, tras descubrirse que el pintor era cómplice del Infante en lances amorosos. Desterrado por Carlos III, Luis Paret emigró a Puerto Rico, país en el que permaneció hasta 1778.

De vuelta a España, se estableció en Bilbao, tras prohibírsele cualquier contacto con la Corte, por indicaciones expresas del rey. En 1789 pudo por fin regresar a Madrid, donde vivió hasta el final de sus días. Esta segunda etapa madrileña la hemos ilustrado con dos pinturas.


Museo de Historia (depósito de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando). Madrid.

Comenzamos con Proclamación de Carlos III en la Plaza Mayor de Madrid (1760), una pintura que Paret hizo con solo catorce años y que se encuentra muy lejos del estilo que posteriormente cultivaría, si bien revela el interés que prestó durante toda su vida a los hechos históricos y a los eventos sociales.


Museo del Prado. Madrid.

Siguiendo un orden cronológico, echamos una mirada al lienzo Baile en máscaras, que el pintor realizó hacia 1767, no por encargo, sino por iniciativa propia. Paret opta por un punto de vista bajo para la composición, con el que sacrifica el detalle de los personajes para poner el énfasis en el dinamismo de la fiesta. Es probable que el local que aparece en el cuadro sea el antiguo Teatro del Príncipe. 


Museo Nacional de Bellas Artes. La Habana.

En La Puerta del Sol en Madrid (1773) el artista transforma un momento cotidiano de la vida urbana en una escenografía teatral. La perspectiva elegida, de abajo a arriba, le permite crear un fondo monumental, tal vez sobredimensionado, en el que aparecen la Iglesia del Buen Suceso, el Convento de Nuestra Señora de la Victoria y la Fuente de la Mariblanca.


Museo del Prado. Madrid.

El cuadro Carlos III comiendo ante su Corte (1775) es una de las creaciones más celebradas de Paret. La obra está ambientada en el Palacio Real de Madrid y en ella puede distinguirse al monarca sentado ante la mesa, rodeado de embajadores, ministros e, incluso, perros de caza, además de sirvientes. El pintor da cumplida cuenta del ceremonial del almuerzo, aunque, en lo que respecta a la decoración de la estancia, realiza una interpretación libre.

Museo del Prado. Madrid.

Vamos ahora con la segunda etapa madrileña, que, como hemos señalado, dio comienzo en 1789. A su regreso a Madrid, el pintor intentó abrirse camino con géneros que, como el vedutismo, tenían un gran éxito de ventas. Las 'vedute' eran vistas urbanas, de las que se hacían varias versiones, para lograr una comercialización óptima, a modo de las modernas tarjetas postales.

De El Jardín Botánico desde el Paseo del Prado (h. 1790) existen al menos seis réplicas, con muy escasas variaciones. En esta obra Paret se aleja de las complicadas perspectivas del rococó y asume el neoclasicismo, como se desprende de la severa composición horizontal adoptada, que queda remarcada por el trazado clasicista de la Puerta Real, el primer acceso que tuvo el Botánico.


Museo del Prado. Madrid.

En cualquier caso, Paret nunca abandonó del todo el estilo rococó, como puede apreciarse en esta Jura de Fernando VII como Príncipe de Asturias, concluida en 1791, dos años después de la celebración del acto en la Iglesia de San Jerónimo el Real.

En esta pintura Paret recupera las grandes perspectivas de su primera etapa y se convierte en testigo de su propia época. No solo refleja un acontecimiento histórico, sino que también nos lega uno de los escasos documentos gráficos que existen del interior de los Jerónimos.

Gracias a este lienzo excepcional, podemos visualizar el retablo renacentista que Felipe II donó al monasterio, que fue destruido durante la invasión napoleónica, a principios del siglo XIX.

18 comentarios:

  1. Gracias Rafael. Me alegra que te haya gustado. Abrazos, Jesús

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  2. Interesante y oportuno reportaje sobre un pintor minucioso y colorista menos conocido de lo que se debe. Enhorabuena

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    1. Gracias Manuel. Tienes toda la razón, Paret merece un lugar más destacado en los libros de historia y arte. Sin duda ha quedado oscurecido por el genio de Goya.

      Un abrazo, Jesús

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  3. Buenas tardes, Jesús:

    Paret es un pintor extraordinario que creo que no deja indiferente a nadie. Tiene un valor documental excepcional, por eso creo que lo utilizan tanto el los libros de texto escolares y de mayor cualificación.

    Una cosa más. Me ha llamado poderosamente la atención el primero de los seis cuadros que nos traes, porque no conocía que Paret hubiera representado ese momento histórico. Conocía la versión de Lorenzo de Quirós de c.1763 que también está en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Me gusta más la versión de Paret.

    Aquí te dejo el link por si lo quiere ver alguien: http://ceres.mcu.es/pages/ResultSearch?txtSimpleSearch=Proclamaci%F3n%20de%3Cb%3E%20Carlos%20III%20%3C/b%3Een%20la%20plaza%20Mayor&simpleSearch=0&hipertextSearch=1&search=advanced&MuseumsSearch=&MuseumsRolSearch=1&listaMuseos=null

    Perdón por la extensión. Un saludo.

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    1. Hola Laberintos del Arte:
      Muchas gracias por tu comentario y por tus aportaciones con ese enlace a la obra de Quirós. Yo también prefiero la de Paret, a pesar de tratarse de una obra de juventud, todavía sin esos rasgos tan personales que el pintor fue incorporando con el paso de los años.

      Un abrazo, Jesús

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  4. Hola Jesús,
    ¡Cómo se las gastaba Carlos III, te desterraba a la mínima!
    Esa primera etapa rococó que nos muestras, llena de boato y desproporciones teatrales es muy sugerente y atractiva.
    La entrada es magnífica, se aprenden un montón de cosas.
    Gracias y un abrazo

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  5. Hola Antonio:
    Es que el escándalo debió ser fino. Al parecer, Luis Paret le proporcionaba jovencitas al Infante, algo intolerable para la época, a pesar de la doble moral imperante.

    Esa etapa rococó del pintor es fascinante, sobre todo en los interiores, que resultan exquisitos.

    Un abrazo, Jesús

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  6. Un post magnífico, Jesús, precioso. Me gusta mucho este pintor, un poco "escondido" en el Prado, como todo el XVIII español. En la expo que recordarás, La belleza encerrada, incluyeron varias obras suyas, fantásticas.
    Un abrazo

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  7. Gracias Mercedes. Claro que recuerdo esa exposición, tan original y sugerente. Hiciste una crónica excelente, que nos animó a muchos a ir a verla.

    Abrazos, Jesús

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  8. Muy buen post y muy buen pintor, merecedor de una sala completa propia en el Prado por su nivel. Desconocía tb. la primera pintura, increíble para un chaval de 14 años.

    Respecto a la interpretación de la pintura de la jura de Fernando VII,últimamente tiende a considerarse como más acertada, la interpretación de que lo que se representa, es la jura de todos lo nobles, mientras que el Rey, la Reina, el Principe de Asturias (Fernando VII niño pues contaba 5 años en 1989) permanecen sentados junto al hermano de Carlos III el Infante Don Antonio Pascual. En este artículo se detalla esta interpretación http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2688795
    Gracias

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  9. Hola Boro:
    Gracias por tus aportaciones. Coincido contigo, este pintor merece -y mucho- un mayor reconocimiento. Creo que el artículo que me has facilitado está lleno de razón y de sentido común. Casi siempre lo más sencillo, es lo más atinado. El artículo -que no conocía- me parece espléndido y me va a ayudar mucho para un post que estoy preparando sobre el retablo renacentista de los Jerónimos. De momento estoy recopilando información e imágenes.

    Gracias otra vez, un abrazo!! Jesús

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  10. Gracias a ti, yo hasta que leí el artículo no veía problema en la interpretación habitual pero resulta evidente que es incorrecta si Fernando VII tenía cinco años.
    Espero con especial interés el post que hagas sobre el retablo destruido del que por cierto existe otro grabado que lo muestra y no exactamente como se muestra en la pintura de Paret, aunque si en lo básico,
    Abrazos

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  11. Creo que a este pintor le interesaba más las estructuras en las que desarrollaba las imagenes,un poco oscurecidas por la grandiosidad de las arquitecturas.
    Un saludo de G.M.P.

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  12. Hola G.M.P.
    Gracias por tu aportación. Es verdad, es un pintor tremendamente escenográfico. A mi lo que más me llama la atención es que las arquitecturas que pinta son, en una gran mayoría, interiores.

    Un abrazo, Jesús

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  13. Fantástico resumen sobre Paret y Alcázar, que como muchos otros pintores de "vedute" han sido un poco condenados al ostracismo a pesar del más que remarcable valor artístico de sus obras por no hablar del altísimo valor documental !!! (para los historiadores y los amantes de la arquitectura son una maravilla)

    Enhorabuena !!

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  14. Muchas gracias Enric de Giménez. La Historia del Arte (y la Humanidad, en general) está llena de personajes injustamente olvidados. Paret es uno de ellos.

    Un abrazo, Jesús

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