'La Plaza de Santo Domingo', por Louis Meunier (1665-68).
Casi todas estas fuentes fueron proyectadas entre 1617 y 1618, dentro de un calculado plan de embellecimiento, que el ayuntamiento había encargado al arquitecto madrileño Juan Gómez de Mora y al escultor italiano Rutilio Gaci.
No es el caso de la fuente que ocupa nuestra atención, que se realizó posteriormente, ante la insistente presión de los vecinos de la zona, quienes habían hecho llegar al consistorio numerosas instancias reclamando su instalación.
Pese a ello, esta fuente guardaba muchas similitudes estilísticas con las que surgieron del citado plan y, a juicio de Juan Álvarez de Colmenar, era a principios del siglo XVIII una de las más dignas de aprecio de la capital.
La decisión de su construcción fue tomada el 12 de diciembre de 1634, por acuerdo de la Junta de Fuentes, si bien no pudo estar terminada hasta finales de 1635 o principios de 1636. Llevaba un caudal de tres reales de agua.
Detalle de un grabado de 1701 del editor Pieter Van den Berge, posiblemente tomado del dibujo de Louis Meunier, aunque se publicó con la perspectiva invertida.
La fuente se nutría del llamado ramal de los Basilios (proveniente del viaje de agua de la Fuente Castellana), que, con tal motivo, fue ampliado con una conducción que partía desde la Calle de Tudescos y llegaba hasta la Plaza de Santo Domingo.
Los trabajos de fontanería fueron encomendados a Pedro de Sevilla, mientras que los de cantería corrieron a cargo de Miguel Collado, quien recibió por ello la cantidad de 1.000 ducados. Todo ello bajo la supervisión del maestro de obras y veedor de fuentes Cristóbal de Aguilera, a quien debemos el Estanque Grande del Buen Retiro.
Se desconoce si éste último pudo intervenir en el diseño o si, por el contrario, fue una creación directa del cantero. En cualquier caso, el autor pareció inspirarse en algunas de las fuentes de Rutilio Gaci, de las que tomaba prestados rasgos como el tipo de cuerpo, la querencia por las líneas curvas o la disposición en voladizo de las conchas.
Tres de las fuentes de Rutilio Gaci (de izquierda a derecha: Puerta Cerrada, Plaza de la Villa y Puerta de Sol).
También se observa la influencia de Juan Gómez de Mora en el recurso a una cúpula maciza para la parte superior, tal y como éste hiciera en la Fuente de la Abundancia, que estuvo presidiendo la Plaza de la Cebada hasta principios del siglo XIX.
'La feria de Madrid en la Plaza de la Cebada', por Manuel de la Cruz Cano y Olmedilla (1770-90).
En 1637 el escultor portugués Manuel Pereira recibió el encargo de hacer una escultura de piedra para rematar el conjunto. No hay constancia de que realizara esta obra, aunque sí se sabe que, en 1640, procedió a la restauración y limpieza de una estatua de mármol de la diosa Venus, que es la que finalmente se puso.
Es posible que esta figura procediese de Italia y que, incluso, formase parte del paquete de adquisiciones del mercader florentino Ludovico Turchui, que importó de su país varias estatuas mitológicas, posiblemente del siglo XVI, para ser colocadas en distintas fuentes madrileñas. Entre ellas, se encontraba la famosa Mariblanca de la Puerta del Sol.
Por esas mismas fechas, Pereira fue contratado para esculpir un Neptuno destinado a la Fuente del Humilladero de San Francisco, en la Plaza de Puerta de Moros, donde fue instalado en el año 1640 para luego ser sustituido por un grupo escultórico de Endimión.
En 1776, en su Viage a España, Antonio Ponz informó del pésimo estado de conservación en el que se encontraba la Venus: “está tan destruida, que no se conoce lo que significa”. En 1848 Pascual Madoz también se refirió a la mutilación de la imagen.
Fotografía de Alfonso Begué (1864).
En 1864 Alfonso Begué fotografió la fuente, en lo que constituye la única instantánea que ha llegado hasta nosotros de la misma. En ella puede apreciarse el deterioro sufrido no solo por la estatua, sino también por los relieves escultóricos del cuerpo principal, algunos de ellos prácticamente desdibujados.
La fuente fue desmantelada en 1865, posiblemente en el mes de julio, cuando se tomó la decisión de ajardinar la Plaza de Santo Domingo, en la línea de otras actuaciones desarrolladas por el ayuntamiento en otras plazas de la villa. Aunque la intención inicial era cambiarla de enclave, ya que era un obstáculo para los nuevos jardines, nunca volvió a ser reconstruida.
En 1868 se aprobó la demolición del Convento de Santo Domingo el Real, que se haría efectiva un año después. Fue entonces cuando se llevó a cabo el ajardinamiento de la plaza, a partir de un proyecto del arquitecto municipal Félix María Gómez, que aprovechaba el solar del antiguo monasterio.
Plano de Pedro Teixeira (1656). La fuente está identificada con el número 34.
Agradecimiento especial
Nuestro sincero agradecimiento a José Luis de Saralegui Rodrigo, que ha compartido con nosotros sus pesquisas sobre la desaparición de la fuente. Gracias a ellas, hemos podido conocer cuándo fue desmantelada y por qué motivos.
Nuestro sincero agradecimiento a José Luis de Saralegui Rodrigo, que ha compartido con nosotros sus pesquisas sobre la desaparición de la fuente. Gracias a ellas, hemos podido conocer cuándo fue desmantelada y por qué motivos.
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La serie "Buscando los restos de las primeras fuentes barrocas" consta de estos otros reportajes:
Hola Jesús,
ResponderEliminarLa serie "Buscando los restos de las primeras fuentes barrocas" con ese pionero plan de embellecimiento de la ciudad merece, por si sola, una publicación. Es espléndida en datos, imágenes y nombres ilustres desde arquitectos a escultores (muchas gracias por el enlace) pasando por canteros, fontaneros, maestros de obras, etc. Lo dicho, hay que verlo en papel satinado. Enhorabuena por el trabajo y un abrazo.
Hola Antonio:
EliminarMuchas gracias por tus amables palabras, pero no son merecidas. Me he limitado a recopilar y recoger lo que hay publicado sobre estas fuentes, en un intento por divulgar su existencia.
Un abrazo muy fuerte, Jesús
Hola Jesús. Excelente trabajo de documentación, y de narrativa, mostrando y explicando, todo el proceso de esta singular fuente.
ResponderEliminarEnhorabuena. Un abrazo.
Hola José:
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Ojalá existiera más información sobre esta fuente, de la que no se sabe ni siquiera en qué fecha exacta fue derribada. Fue una pena que no quede ninguna de las fuentes que se construyeron en las primeras décadas del siglo XVII.
Abrazos, Jesús
Espléndido trabajo, Jesús, enhorabuena. Y muchas gracias por todos los datos que aportas, tan valiosos. El ramal de los Basilios... ¡qué descubrimiento!
ResponderEliminarEran unas fuentes preciosas, qué pena que apenas quede nada, por eso tu trabajo tiene tanto valor.
Hola Mercedes:
Eliminar¿Verdad que eran muy bonitas estas fuentes? Es una lástima todo lo que hemos perdido. El ramal de los Basilios se construyó hacia 1628 para abastecer a la Calle del Desengaño, donde estaba el Convento de San Basilio. ¡¡¡El nombre es precioso!!!
Muchas gracias por tus palabras. Abrazos, Jesús
Hola, Jesús
ResponderEliminarAnteponiendo mi felicitación por tu blog, que a pesar de no ser madrileño sigo con asiduidad, quería poner mi granito de arena y comentarte que la fuente de Santo Domingo fue, como se dice hoy, deconstruida en 1865. Consultando la hemeroteca veo que el 16 de marzo de 1865, El Contemporáneo publica: “La reforma que se trata de llevar a cabo en la plazuela de Santo Domingo, consistirá en un gran rebaje del terreno de la parte de la bajada, nivelando ésta y formando un elegante jardín. La fuente se colocará en otro sitio”.
Siguiendo, el 6 de julio del mismo año, el diario La España dice: “Se está desarmando la fuente de piedra de la plaza de Santo Domingo para dar más amplitud al jardín que se va a formar en aquel sitio, en sustitución del actual derrumbadero o cuesta”.
Y para finalizar, el 24 de octubre de 1865 La Iberia publica: “Hace más de cuatro meses que se quitó la fuente de la plaza de Santo Domingo y se trasladó al costado del convento de las monjas para convertir dicha plaza en un parque o jardín igual al de la plaza del Progreso, demontando el terreno para formar una gran planicie. A pesar del tiempo transcurrido, más que suficiente para haber terminado ya las obras proyectadas, nada indica hoy que tal idea se convierta en una realidad”.
Por todo ello, y pensando que ese vago “hace más de cuatro meses” serían en realidad “casi cuatro meses”, creo que se podría afirmar que la fuente desapareció completamente en esos primeros días de julio de 1865.
Un cordial saludo
José Luis de Saralegui Rodrigo (Barcelona)
Hola José Luis:
ResponderEliminarMuchas gracias por tus investigaciones, que gentilmente compartes con nosotros. Los datos que nos aportas despejan todas las dudas y parece que, efectivamente y contrariamente a lo yo tenía entendido, la fuente desapareció antes que el Convento de Santo Domingo el Real (en 1865, cuatro años antes). Con tu permiso, incorporo las informaciones que nos proporcionas en el artículo (gracias nuevamente).
Un abrazo, Jesús
Jesús, encantado de haber podido echar una mano y muchas gracias a ti por todo tu trabajo.
ResponderEliminarUn abrazo