Seguimos buscando los restos de las primeras fuentes barrocas que se levantaron en Madrid. Fueron proyectadas entre 1617 y 1618, en el contexto de un plan de ornamentación de la ciudad, promovido por el consistorio. De esta iniciativa surgieron siete fuentes artísticas, además de una octava, que, si bien quedó fuera del citado plan, presentaba muchas similitudes estilísticas con aquellas.
La Fuente de la Abundancia, en concreto, estuvo ubicada en la Plaza de la Cebada, razón por la cual también era conocida con este topónimo. De ella se conservan varios elementos arquitectónicos y diversos escudos de armas, que se salvaron de la demolición que tuvo lugar en el siglo XIX, para ser integrados en una nueva estructura.
Ahora forman parte de la Fuentecilla, una fuente de porte monumental, situada en la Calle de Toledo, que fue realizada en el año 1815, como homenaje al rey Fernando VII. También ha llegado hasta nosotros una escultura de una mujer con un niño, que algunos investigadores identifican con la Abundancia, la figura que dio nombre a la fuente.
Historia y descripción
La Fuente de la Abundancia fue diseñada en 1617 por el arquitecto madrileño Juan Gómez de Mora, a quien también se debe la Fuente de Orfeo, en la Plaza de la Provincia, concebida prácticamente al mismo tiempo. Su ejecución corrió a cargo del alarife Pedro Pedrosa y del maestro de cantería Martín de Gortayri.
La feria de Madrid en la Plaza de la Cebada', por Manuel de la Cruz Cano y Olmedilla (1770-90).
Haciendo honor a su oficio, Gómez de Mora optó por una solución más arquitectónica que escultórica, en la que son claras las influencias herrerianas, aunque con alguna que otra concesión a las incipientes corrientes barrocas del momento.
La fuente estaba formada por un templete de planta cuadrangular, de aire clasicista. Éste se encontraba coronado, en cada uno de sus cuatro flancos, por un frontón triangular y, en la parte superior, por una cúpula, sobre la que descansaba el grupo escultórico de la Abundancia.
En cuanto a los ornatos, los frontales estaban decorados con blasones, alusivos a la Villa de Madrid y a la Corona. Pero lo que más llamaba la atención era la oquedad abierta transversalmente en la mitad del cuerpo principal, en la que se alojaban cuatro osos, que arrojaban agua, en clara referencia a uno de los símbolos de la capital.
La construcción que finalmente se llevó a cabo introdujo significativas modificaciones sobre el diseño inicial. Como puede verse en el dibujo que se incluye más abajo, realizado por Juan Gómez de Mora en 1617, la estructura que se tenía previsto edificar era mucho más esbelta, al descansar el templete sobre un punto de apoyo más estrecho, en el que había mascarones, en lugar de los escudos de armas posteriormente labrados.
Dibujo de la Fuente de la Cebada, de Juan Gómez de Mora, que se encuentra en el Museo de Historia de Madrid (fuente de la imagen: 'Arte y diplomacia de la monarquía hispánica en el siglo XVII', de José Luis Colomer, año 2003).
Con respecto a la coronación, la primera idea que barajó Gómez de Mora fue rematar el conjunto con un pequeño obelisco, pero al final se colocó en la parte más alta la estatua de la Abundancia, que el consistorio madrileño compró al mercader Ludovico Turchi, en 1617. Representaba a una mujer de pie, con un niño a su lado derecho.
No se sabe muy bien cuál es el paradero de esta escultura, tras la destrucción de la fuente a principios del siglo XIX. Aunque no hay confirmación al respecto, diferentes autores sostienen que la figura de alabastro que se reproduce a continuación, perteneciente a la colección del Museo de Historia de Madrid (antiguo Museo Municipal), es la Abundancia que adquirió Turchi en Italia.
Posible escultura de la Abundancia, conservada en el Museo de Historia de Madrid (fuente de la imagen: 'Arte y diplomacia de la monarquía hispánica en el siglo XVII', de José Luis Colomer, año 2003).
Posible escultura de la Abundancia, conservada en el Museo de Historia de Madrid (fuente de la imagen: 'Arte y diplomacia de la monarquía hispánica en el siglo XVII', de José Luis Colomer, año 2003).
Cerca del lugar donde estuvo enclavada esta obra barroca, se alza en la actualidad una fuente de hierro fundido, formada por un vaso circular y un fuste, del que cuelgan ocho surtidores. Fue inaugurada en 1999, en el ensanche que se forma en la Calle de Toledo en su contacto con la Plaza de la Cebada.
Más allá de compartir el nombre de Fuente de la Cebada, esta moderna construcción nada tiene que ver con la primitiva estructura ideada por Gómez de Mora. Y sí mucho con un estándar arquitectónico muy utilizado en la segunda mitad del siglo XIX y primeros años del siglo XX, cuando se popularizó la arquitectura de hierro.
Hubo fuentes de esta tipología en la Plaza de la Encarnación, en la Fuente del Berro y en la Plaza del Conde Toreno -en la confluencia de las calles de San Bernardino y Amaniel-. Pero ya hablaremos de ello en otro momento.
Fuente de hierro, llamada de la Cebada, que fue instalada en 1999 en las inmediaciones del lugar donde estuvo la Fuente de la Abundancia.
Fuente de hierro, llamada de la Cebada, que fue instalada en 1999 en las inmediaciones del lugar donde estuvo la Fuente de la Abundancia.
La Fuentecilla
La Fuentecilla fue realizada, en parte, con materiales procedentes de distintas edificaciones. Es el caso de su cuerpo prismático de granito, aprovechado casi por entero de la Fuente de la Abundancia.
De ella también se tomaron prestados los frontones triangulares y algunos escudos de armas de la Villa de Madrid, tal y como puede apreciarse en la siguiente imagen comparativa.
En la parte superior de la fuente, hay instalado un grupo escultórico, que representa a un león con dos globos terráqueos, en referencia a las posesiones de ultramar de España. La figura del animal fue rescatada del Convento de los Premostrantenses, desaparecido durante la invasión napoleónica.
En cambio, las esculturas del dragón y del oso, situadas en el frontal que da a la Calle de Toledo, se hicieron específicamente para la Fuentecilla. Se deben al escultor Francisco Meana y aluden a los escudos antiguo y moderno de Madrid.
Aunque cumple la función de fuente pública, la Fuentecilla se erigió en realidad como un monumento conmemorativo, para celebrar la restitución de Fernando VII, una vez concluida la Guerra de la Independencia.
La vecina Puerta de Toledo también fue levantada con idéntica finalidad. Ambas construcciones son obra del arquitecto municipal Antonio López Aguado (1764-1831), quien las proyectó en 1815 y en 1813, respectivamente.
Artículos relacionados
La serie "Buscando los restos de las primeras fuentes barrocas" consta de estos otros reportajes:
- Introducción
- Fuente de Orfeo
- Fuente de Diana
- Fuente de la Fe o de las Arpías (la Mariblanca)
- Fuente de Endimión
- Fuentes de la Villa y de los Leones
- Fuente de Santo Domingo
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- Fuentes de la Villa y de los Leones
- Fuente de Santo Domingo
Hola Jesús, muy interesantes estos posts dedicados a las fuentes barrocas. Sobre las fuentes de hierro, hubo un año a mediados del XIX en que se instaló el mismo modelo en varios puntos de la ciudad, bueno... esperararé tu próximo artículo :-) pero la de la calle Toledo quieres decir que es una réplica ¿verdad?.
ResponderEliminarsaludos!
Gracias Mercedes. La verdad es que hay un montón de fotos antiguas con ese modelo de fuente de hierro. Pero la de la Calle de Toledo es una réplica de 1999, así al menos figura en "Monumentamadrid". Saludos y nuevamente gracias!!
ResponderEliminarGracias a tí, Jesús.
ResponderEliminarNo sé, yo había leído que la fuente de hierro que hay en la plaza de la Cebada es la original, que se instaló en la plaza de la Encarnación en 1864 y que permanecía en un almacén municipal hasta que en 1999 fué rescatada. No sé si debemos fiarnos mucho de lo que ponga en Monumenta Madrid, dado que el rigor histórico de nuestro Ayuntamiento no es excesivo.
ResponderEliminarHola Carlos. Gracias por tu comentario. Pues a lo mejor hay que empezar a tirar del hilo, para ver si estamos ante una vieja fuente recuperada. Uff, me puede la intriga!!! Un abrazo, Jesús
ResponderEliminarHola a ambos, yo no se si la de la plaza de la Cebada es original o réplica, a ver Jesús si lo descubres y nos aclaras la intriga :-)
ResponderEliminarCarlos, ¿1864? No se. Lo que yo tengo es que la fuente de la Encarnación fue inaugurada, junto con otras tres iguales, el mismo día, en marzo de 1856. Eran fuentes que se surtían del Viaje de la Reina.
Saludos!
Creo haber visto uno de esos osos (muy deformado) en la antigua Casa de fieras o en los jardines de Cecilio Rodríguez. Estoy hablando de hace años.
ResponderEliminarLa identidad la encuentro por el modo en que está representado: a cuatro patas y muy elongado (lo que yo atribuyo que es para "soportar" el templete con los escudos).
Muy buena observación, aunque me temo que esos osos (hay varios, unos sentados, otros tumbados) son del siglo XIX. Pueden verse, efectivamente, en los Jardines de Cecilio Rodríguez y provienen de la antigua Casa de Fieras. Saludos desde "Pasión por Madrid"
EliminarRevise lo de que el león proviene del convento de los Mostenses, por que yo he leído que formaba parte de una estatua de San Jerónimo (San Jerónimo y el león).
ResponderEliminarNo veo que los norbertinos tengan nada que ver con San Jerónimo, aunque, ¿quién sabe?
Hola Anónimo. Gracias por el comentario y bienvenido. En la base de datos municipal figura lo siguiente acerca del león de la Fuentecilla: Las esculturas del oso y el grifo, así como el león rampante superior no provienen de la fuente original. Precisamente, el león, obra de Manuel Álvarez, fue realizado aprovechando la escultura de San Norberto del convento de Premostratenses destruido en la guerra de la Independencia; este animal feroz se representaba con el fundador de esta orden al estar relacionado con la ciudad, Premontré, donde se creó el primer cenobio.
ResponderEliminarSaludos desde "Pasión por Madrid"
La "Fuente de Hierro" fue desmontada de ese lugar y llevada a Leganés, donde sirvió como abrevadero de animales en un lugar llamado "Los Pilones". Cuando se urbanizó esa zona, en los primeros setenta, desapareció la fuente, que se encontraba bastante deteriorada. Hace unos quince años se colocó una réplica igual que la que hay en la calle de Toledo.
ResponderEliminarSaludos,
Hola Bebe Chico:
EliminarNo veas como agradezco la información que aportas. Llevo mucho tiempo siguiendo el rastro de este modelo de fuente y la verdad es que no encuentro muchas pistas. Desconocía por completo la existencia de la Fuente de los Ocho Caños (creo que así la denomináis en Leganés), me ha parecido un hallazgo sorprendente.
Saludos, Jesús
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliminarbuenos días a todos,muy novedosos todas las informaciones sobre fuentes de Madrid,quiero preguntar a los investigadores de Madrid,sobre las fuentes que cita Cervantes en Don Quijote de la Mancha(fuente del piojo,caño dorado,en el prado),por si alguien ha logrado investigar donde del paseo del prado,estaban ubicadas
ResponderEliminargracias anticipadas por las respuestas
saludos
manuel bedoya
perdonad,me he confundido,esta claro que no soy anónimo,me llamo manuel Bedoyay soy del pueblo de Madrid.gracias
ResponderEliminarHola Bedoyay. Gracias por recabar en "Pasión por Madrid" y por tu comentario. Saludos!!!
ResponderEliminarBuenos días a todos. Según parece la Fuentecilla de la calle de Toledo se erigió en 1815, mientras que la Fuente de la Abundancia se acabó derribando en 1840. Entonces ¿qué elementos de esta última fuente fueron aprovechados para la de la calle Toledo? ¿Se agregaron a partir de 1840? ¿Hay alguna fuente que respalde este aprovechamiento de materiales?
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