Aunque, a primera vista, puede resultar sorprendente que relacionemos al arquitecto neoclásico con la citada fiesta religiosa, sólo hay que echar un vistazo a la Casa de la Villa para comprobar que existen vínculos muy directos.
La fachada norte de la Casa de la Villa, en una fotografía de 1930. Puede verse la galería de columnas realizada por Juan de Villanueva.
Este hermoso palacio barroco, construido entre 1644 y 1696 a partir de un primer diseño de Juan Gómez de Mora (1586-1648), fue objeto de una remodelación entre 1785 y 1789, que afectó a su fachada septentrional, que da a la Calle Mayor.
El objetivo era abrir un espacio en el edificio, que permitiera a la familia real contemplar con comodidad la procesión del Corpus.
La reforma recayó en un primer momento sobre Mateo Guill, arquitecto formado bajo las órdenes de Ventura Rodríguez, pero fue Juan de Villanueva quien finalmente la llevó a cabo.
El proyecto respetó en gran medida el aspecto original de la fachada norte, incluyendo las torres angulares, tan características de la arquitectura palaciega madrileña del siglo XVII. Tan sólo contemplaba la variación del segundo cuerpo, con la incorporación de seis columnas dóricas, a modo de gran logia o pórtico.
Detrás de ellas se dispusieron tres ventanas coronadas con un frontón triangular, siguiendo el modelo del resto de vanos. La función de mirador con la que fue concebida la galería quedó remarcada con un balcón corrido en saliente, hecho en hierro forjado.
La Custodia de Francisco Álvarez
La fiesta del Corpus Christi alcanzó su máximo esplendor en España en el siglo XVII, momento en el que los reyes españoles empezaron a asistir personalmente a los actos religiosos, en concreto, los que se celebraban en Madrid.
Un rasgo singular del Corpus madrileño es que la Custodia procesional no pertenece al clero, sino al pueblo, ya que fue costeada por suscripción popular, poco después de que Madrid fuera designara la capital de España. De ahí que se conserve en la Casa de la Villa, en el llamado Salón de Goya.
Esta impresionante obra está hecha en plata de ley y pesa 161 kilos. Fue realizada en 1573 por Francisco Álvarez, el platero de la reina Isabel de Valois (1546-1568), la tercera esposa de Felipe II (r. 1556-1598).
Es de estilo plateresco y consta de dos cuerpos. El primero se sostiene sobre ocho columnas corintias y el segundo forma un templo redondo, igualmente con ocho columnas, cuya parte superior se remata con una figura de la Ascensión del Señor.
En el interior se aloja otra custodia, de menor tamaño, que presenta una factura muy parecida a la de mayores dimensiones. También tiene dos cuerpos y ocho columnas.
La custodia procesional, instalada en la Plaza de la Villa, el día del Corpus Christi de 1930.
me contaron la historia un día que fui a visitar el Antiguo Ayuntamiento. Es uno de loos pocos casos que la iglesia no tiene poder sobre un objeto preligioso.
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