jueves, 30 de septiembre de 2010

El Hayedo de Montejo

El Hayedo de Montejo es uno de los espacios naturales de mayor interés de la Comunidad de Madrid y también uno de los más visitados.

Se localiza en el término municipal de Montejo de la Sierra, un pequeño pueblo del vértice septentrional de la región, en la cuenca hidrográfica del río Jarama, justo en el límite con la provincia de Guadalajara.

Se encuentra legalmente protegido desde 1974, cuando fue reconocido como Sitio Natural de Interés Nacional por parte del Estado. En el año 2005, este grado de protección quedó reforzado por la UNESCO, al quedar incluido dentro de la declaración de Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón.

Con este nombre, de reciente implantación, se conoce la zona montañosa comprendida entre las sierras de Guadarrama y Ayllón, que abarca los términos municipales de La Hiruela, Horcajuelo de la Sierra, Prádena del Rincón y Puebla de la Sierra, además de Montejo.



El Hayedo de Montejo tiene una superficie de apenas 250 hectáreas. Se extiende por la ladera de una montaña, en las proximidades del Puerto de El Cardoso, que desciende en pronunciada pendiente hasta el cauce de un recién nacido Jarama.

En este punto, el río baja breve y humilde, como pidiendo permiso a las hayas que encuentra a su paso. Aún le queda mucho para encontrarse con el Lozoya, el Henares, el Manzanares y el Tajuña, cuyas aportaciones de agua harán de él el principal afluente del Tajo.

Los méritos ambientales y paisajísticos del Hayedo de Montejo son muchos. No sólo es el único bosque de estas características que podemos encontrar en Madrid, sino también uno de los pocos hayedos que existen en la Península Ibérica, más allá de los reductos de la Cordillera Cantábrica y de los Pirineos, donde se dan las condiciones meteorológicas idóneas para su hábitat, preferentemente un elevado nivel de precipitaciones.

Aunque frecuentemente se afirma que es el hayedo más meridional de Europa, se trata más bien de una leyenda que de un dato objetivo. Los hay más al sur en numerosos enclaves de Grecia, de Italia e, incluso, de España, caso de la Fageda del Retaule, que se ubica entre las provincias de Tarragona y Castellón.

El Hayedo de Montejo se formó en épocas postglaciales y ha llegado hasta nosotros gracias a un microclima que favorece la humedad, captada de las masas de aire que no chocan contra la sierra. Además, la ladera sobre la que se asienta casi siempre permanece en la sombra.



El paseo por este paraje no puede ser más sugerente, sobre todo en otoño, con el gran espectáculo de ocres, naranjas, amarillos y rojos que ofrece la caída de la hoja. Cuando nosotros lo visitamos, hace unos cuantos días, la escenografía era otra, con los árboles aún vestidos de verde, pero igualmente fascinante.

Existen varios recorridos, todos ellos guiados y bajo un estricto control de los accesos, con objeto de garantizar la correcta conservación de las especies vegetales y animales.

Hay una senda que discurre paralela al río Jarama, en la que conviven a partes iguales sensaciones visuales y auditivas, estas últimas procedentes del evocador murmullo de la corriente del agua.

Otro de los caminos se dirige hacia la montaña, laderas arriba, adentrándose en la espesura del bosque. El notable tamaño de las hayas, con más de 20 metros de altura, y la escasa luz solar, que difícilmente se abre paso entre las copas de los árboles, lleva al visitante a tomar conciencia de su insignificancia frente a la naturaleza.



Existen ejemplares de más de 200 y 300 años. Algunos de ellos se elevan majestuosos, como intentando escapar de la umbría, pero otros yacen derribados en el suelo, con sus troncos convertidos en tierra de abono para hierbajos, musgos y líquenes.

El Hayedo de Montejo no sólo está poblado por hayas, sino también por robles, cerezos silvestres, avellanos, abedules, acebos, rebollos, brezos y servales, entre otras plantaciones.

Aquí tiene su morada una variada fauna, que, dadas las reducidas dimensiones del lugar, son más representativas de los ecosistemas mediterráneos que de los grandes bosques de hayas del centro europeo.

Haciendo una selección muy rápida, cabe destacar la presencia de mamíferos como el corzo, el jabalí, el tejón o la nutria y de aves como el águila calzada, el picapinos o el cárabo común.

4 comentarios:

  1. Me encanta que con vuestros rincones de vez en cuando nos saquéis del entorno urbano y nos recordéis lo hermosa que puede ser la Comunidad de Madrid. De nuevo os felicito por las fotografías espectaculares. Un abrazo,

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  2. Muchas gracias BeaBurgos!! La verdad es que tenemos una comunidad preciosa, con una variedad de entornos increíble. Un abrazo, Jesús

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  3. Todos los otoños pienso que debería ir, al final siempre me quedo con las ganas. Intentaré que de este no pase.
    Me encanta esta entrada.
    Un abrazo.

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  4. Hola Laura!! Gracias por tu comentario. La visita realmente merece la pena. El problema es que no se puede entrar libremente y hay que reservar con tiempo. Yo creo que, en estos momentos, las hojas ya estarán amarillas, con lo cual el espectáculo tiene que ser asombroso.

    Un abrazo, Jesús

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