jueves, 16 de diciembre de 2010

La Fuente de El Caño, de Torrelodones

Visitamos el municipio de Torrelodones, tras la pista del estilo herreriano, que tanto definió la fisonomía de la región madrileña entre los siglos XVI y XVII.

Aquí se encuentra la Fuente de El Caño, que fue levantada durante el reinado de Felipe II (r. 1556-1598), poco después de que acabasen las obras del Monasterio de El Escorial (1563-1584).

Se trata de una de las fuentes monumentales más antiguas que se conservan en la comunidad autónoma.



Historia

La Fuente del Caño se construyó a partir de una iniciativa municipal, dirigida a hacer más agradables las estancias del rey Felipe II en Torrelodones, donde éste pernoctaba cada vez que se desplazaba desde Madrid hasta el Monasterio de El Escorial.

La localidad estaba situada a una distancia de cinco leguas de la Villa y Corte, dentro del Real Camino de Valladolid, uno de los más utilizados para llegar al Real Sitio. Normalmente, este trecho se recorría en una jornada, lo que obligaba a los viajeros a pasar la noche en el pueblo.

El proyecto de la fuente fue encargado a Gaspar Rodríguez, un maestro de albañilería de origen vallisoletano o, tal vez, palentino, que contó con la colaboración de Juan Aguado, vecino de Galapagar. Ambos habían trabajando con anterioridad en el Monasterio de El Escorial.

En 1591 la fuente ya estaba concluida. Así consta en el documento existente en los archivos históricos del Ayuntamiento de Torrelodones, donde figura que la obra fue tasada en 5.720 reales, por parte de los canteros Juan de Bargas y Juan de Burga Valdelastras.

Descripción

La fuente está realizada en sillería, a base de granito. A pesar de su aspecto mural, no fue concebida para estar adosada.

Presenta una estructura muy sencilla, con un cuerpo rectangular, sobre el que descansa un frontón de aire clásico, recorrido por una cornisa saliente. A sus pies se extiende un pilón de planta cuadrangular, al que vierten dos caños.

Los vértices del frontón aparecen rematados con tres bolas de piedra, un recurso muy frecuente en las construcciones herrerianas, con una gran presencia de figuras geométricas básicas, tales como pirámides o esferas.

Sin embargo, el frontispicio parece desmarcarse de las pautas típicamente escurialenses. Está presidido por un escudo, alrededor del cual hay labradas varias franjas, algunas de ellas curvadas, que rompen el equilibrio rectilíneo al que suele tender el citado estilo.

Con respecto al escudo, se encuentra muy desgastado. No se conoce su heráldica, si bien parecen adivinarse las armas de los Mendoza, los Luna y los Granados.



La fuente ha tenido tres enclaves diferentes a lo largo de la historia. En 1984, tuvo lugar el traslado definitivo, mediante el cual fue colocada en el centro de una plaza, muy cerca de su ubicación primitiva.

Con tal motivo, le fueron añadidas, a modo de exedra, dos extensiones laterales semicirculares, en las que hay dispuestos asientos. Fueron diseñadas en 1983 por el pintor Manuel López-Villaseñor (1924-1996), vecino de Torrelodones en aquellos momentos.

La Fuente de El Caño no fue el único monumento herreriano construido en Torrelodones en el siglo XVI. En 1589 se puso la primera piedra del Real Aposento de Torrelodones, que el rey Felipe II mandó edificar a su arquitecto, Juan de Herrera (1530-1597). Lamentablemente fue impunemente derribado en el año 1965.

Fotografías de Guerra Esetena, algunas de ellas también publicadas en Wikipedia.

Artículos relacionados

La serie "El estilo herreriano en la Comunidad de Madrid" consta de estos otros reportajes:

- La Iglesia de San Bernabé, en El Escorial
- Francisco de Mora y el Pozo de Nieve del Monasterio de El Escorial
- El Puente Nuevo

8 comentarios:

  1. Hola Jesús, asi me gusta, que no te olvides de nuestro bonito pueblo que ultimamente no esta pasando por sus mejores momentos.
    Hay otro elemento menor pero también herreriano que depende funcionalmente de la fuente del Caño. Es una especie de caseta cubierta a cuatro aguas con acceso moldurado, todo ello en granito, que alberga algún artefacto hidráulico.
    Sobre la posada real, lei que los muros de planta baja y la parte de cocheras son originales ¿?
    Pero hay una construcción de granito con cierta geometria, proporción y simetria de huecos que me da que pensar o imaginar. Es el conjunto de La Santina y el nuevo italiano de al lado.
    Si Torre estaba lleno de posadas, pensemos en los traslados de toda una Corte, tenían que habernos llegado mas restos de todo aquello.
    Saludos.
    Antonio

    ResponderEliminar
  2. Hola Antonio!! Es verdad, haciendo patria!! Lo cierto es que le tengo mucho cariño a Torrelodones, aunque hace mucho tiempo que no vivo ahí.

    La estructura a la que te refieres la conozco. Es la arqueta de la Fuente del Caño, que, como bien dices, debía almacenar y distribuir el agua tanto a la fuente como a un antiguo lavadero que existió en el pasado.

    Lo del Aposento también tienes razón. Creo que, además de esos muros, se conservan en el jardín alguna mesa y asientos de piedra de aquella época. Fue una lástima su desaparición.

    Nunca había pensado lo del edificio de La Santina, pero ahora que lo dices tiene pinta de corresponder a aquella época. Fueron tantas las posadas que existieron en Torrelodones, que todo el mundo llamaba al pueblo "Torre de ladrones", por los precios excesivos de las posadas y mesones.

    Muchas gracias y un abrazo, Jesús

    ResponderEliminar
  3. ¡Qué fuente tan bonita, Jesús! no se porqué, pero me encantan las fuentes, sobre todos las antiguas. Gracias por esta lección tan completa.

    ResponderEliminar
  4. No conozco esta fuente Jesús. Está en la plaza de la iglesia?
    Tendré que pasarme un día por Torrelodones, hace mucho que no voy.

    ResponderEliminar
  5. Hola Mercedes. A mí también me gustan mucho las fuentes, me parecen muy sugerentes. Ésta, además, tiene el encanto de la piedra desgastada.

    Muchas gracias y un abrazo, Jesús

    ResponderEliminar
  6. Hola Bélok!! Pues si regresas a Torrelodones un día de éstos, no lo conocerás... El pueblo ha sido una de las víctimas del chalet adosado. La fuente, es verdad, está en el centro de una plaza, no muy lejos de la iglesia.

    Un abrazo fuerte, Jesús

    ResponderEliminar
  7. ¡Qué aventura viajar en esa época! Madrid- El Escorial en dos etapas y encima con los riñones molidos.
    La cantidad de restos que aparecerían al construir los adosados. Milagroso que haya sobrevivido la fuente. Simplemente preciosa.
    Cómo rebuscas por la Comunidad ¿eh?

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Hola Manuel!! Figúrate, un viajecito que hoy día nos ventilamos en apenas 45 minutos, había que dedicarle ¡¡dos jornadas!! Qué tiempos!!! Muchas gracias y un abrazo, Jesús

    ResponderEliminar