lunes, 24 de enero de 2011

La Real Fábrica de Platería Martínez

La Real Fábrica de Platería Martínez fue uno de los establecimientos industriales más importantes del Madrid de la Ilustración, responsable de la mejor orfebrería que se haya hecho en España en los siglos XVIII y XIX.

Estuvo ubicada en el Salón del Prado, en un notable edificio de estilo neoclásico, levantado en el año 1792, que, siguiendo esa costumbre tan madrileña de los derribos, desapareció en 1920, víctima de la piqueta.

Sobre una parte de su solar se extiende en la actualidad una pequeña plaza, bautizada con su nombre, allá donde se encuentran las calles de Moratín y de las Huertas.


Dibujo de 1920, en el que se recrea el aspecto primitivo de la platería justo el año en que fue demolida.

Fue creada en 1778 por el platero aragonés Antonio Martínez, con el nombre de Escuela de Platería y Máquinas. Desde el primer momento, contó con el apoyo de Carlos III, como avala el hecho de que su fundador viajara a Londres y a París con el patrocinio del monarca, para completar su formación.

Muy pronto fue designada Real Fábrica, en el contexto de la época de impulsar el desarrollo de manufacturas y factorías vinculadas con las artes decorativas, caso de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara o de la Real Fábrica de Porcelana del Buen Retiro.

Después de pasar por sucesivas dependencias, en las calles de Alcalá y de Infantas, la sede definitiva quedó establecida en el Salón del Prado, en un edificio de nueva construcción que recientes investigaciones atribuyen a Carlos Vargas Machuca.

Su elemento más destacado era, sin duda, la elegante fachada neoclásica. Constaba de un peristilo de orden dórico y estaba rematada por un ático, en el que descansaba un grupo escultórico de Minerva premiando a las artes. La coronación estaba profusamente decorada con jarrones y adornos diversos.

Tradicionalmente se ha pensado que su autor era Francisco Rivas, por la existencia de un proyecto, firmado por este arquitecto en 1792, en el que se depuran las líneas maestras definidas por aquel.


La platería a principios del siglo XX, sin adornos en la parte superior.

Tras la muerte de Antonio Martínez en 1798, su yerno, Pablo Cabrero, tomó su relevo al frente del negocio. De su mano, la platería vivió otro momento de esplendor, vinculada nuevamente a la Corona.

En 1811, después de varios años cerrada como consecuencia de la invasión napoleónica, fue reconocida por Fernando VII con el título de Platería de la Real Casa y Cámara de Sus Majestades.

Las instalaciones fueron ampliadas en 1836, abriéndose una nueva ala en la Calle de la Alameda, paralela al Paseo del Prado, que empezó a ser conocida con el nombre del Diorama. Las obras fueron realizadas por Juan José Sánchez Pescador.


Grabado de 1876.

La Real Fábrica fue clausurada en 1865, si bien su sede logró sobrevivir hasta 1920. Hasta su demolición, fue utilizada como Delegación de Hacienda, Junta de Pensiones Civiles y sala de exposiciones, entre otros usos. 

En 2001 se inauguró una fuente conmemorativa de aire clasicista, que, en cierta medida, emula a pequeña escala la fachada diseñada por Vargas Machuca. 

Dos años después, fue instalada en el suelo una placa de bronce, que señala el lugar de la cimentación, si bien ésta llegaba hasta el antiguo Hotel Savoy, hoy día habilitado para viviendas.

La Plaza de la Platería Martínez, durante la Guerra Civil (1936-39).


La plaza en enero de 2011, con la fuente conmemorativa en primer plano.

14 comentarios:

  1. Jesús, no conocia nada de esta historia de la plateria. Es muy interesante, incluso la fuente conmemorativa, no sabia que estaba dedicada a ella.
    Gracias y un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Hola Jesús,
    este es uno de los edificios que me hubiera encantado conocer, qué pena que desapareciera.
    Completísimo artículo, y fotos estupendas. Muy bueno el dibujo, con la decoración, ¡gracias!

    ResponderEliminar
  3. Menos mal que de vez en cuando hay quien te cuenta por qué una calle o una plaza lleva un nombre tan singular. Cuando vuelva a pasar por allí, imaginaré la fábrica.

    ResponderEliminar
  4. ¡Qué disgustos nos das, Jesús, recordándonos estos derribos!¡Qué diría nuestro rey alcalde si levantara la cabeza! Con el empeño que puso en embellecer esta ciudad.
    Crímenes histórico-monumentales ha cometido la piqueta...y seguirá cometiendo.
    Magnífico trabajo el tuyo, no el de la piqueta.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Hola José:
    Gracias por el comentario. La verdad es que los rincones de Madrid están llenos de historias como ésta. Por lo menos de este edificio nos han llegado fotografías.

    Un abrazo, Jesús

    Hola Mercedes:
    Muchas gracias!! Sí, es una pena que no existan fotos del edificio en su primer momento, cuando estaba adornado con todos esos grupos escultóricos y jarrones. Al menos ese dibujo nos da una idea de su aspecto primitivo...

    Un abrazo, Jesús

    ResponderEliminar
  6. Hola Cecilia:
    Muchas gracias!! La verdad es que el nombre de la plaza resulta curioso y hasta extraño, sin la historia que hay detrás.

    Un fuerte abrazo, Jesús

    Hola Manuel:
    Es verdad, la piqueta nos ha dado muchos disgustos. Aunque es algo cosustancial a la evolución de las ciudades, creo que en Madrid hemos ido un paso más allá (y seguimos yendo) de lo que puede considerarse como lógico y normal.

    Muchas gracias y un abrazo muy fuerte, Jesús

    ResponderEliminar
  7. Hola Jesús. Magnífico artículo. Enhorabuena.

    ResponderEliminar
  8. Hola Ricardo:
    Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo, Jesús

    ResponderEliminar
  9. Gracias por la interesante imágen. La buena noticia es que LA FACHADA NEOCLÁSICA SE PRESERVÓ. Actualmente se halla almacenada en Valencia. Siempre pensé que debiera haberse reutilizado como fachada de la ampliación del Museo del Prado, junto a los Jerónimos. Al menos, se hubiera podido ocultar parcialmente el pegote de Moneo/estudio.

    ResponderEliminar
  10. Hola Eduardo:

    Muchas gracias por el comentario y por la información que aportas. Es verdad, había leído que fue instalada en el Círculo de Bellas Artes de Valencia, pero por más que buscaba en fotografías de este edificio no veía la fachada por ninguna parte. Me alegro de que se conserve, aunque sea en un almacén.

    Tu idea de ponerla en la ampliación del Museo del Prado es todo un lujo!!!

    Un abrazo, Jesús

    ResponderEliminar
  11. Jesús, ¿sabes que esta tarde, en el Museo de los Orígenes, nos hablan de la Real Fábrica de Platerías?
    Rafael

    ResponderEliminar
  12. Buenas tardes Jesús.

    He encontrado un artículo sobre Mariano Benlliure y Sorolla en el que se menciona la Platería Martínez. Te lo dejo por si le quieres echar un vistazo.

    http://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/27088/289-314.pdf?sequence=1

    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias, Manuel, por el enlace. Una joyita, ya lo creo!!!

      Eliminar
  13. Que historia tan linda,no sabia nada de la fabrica de Platerias cuando regrese a Madrid y vayamos al bar platerias,me acercare a la fuente.

    ResponderEliminar