lunes, 19 de diciembre de 2011

El Palacio Real en la literatura de viajes

El Palacio Real de Madrid siempre ha sido objeto de admiración por parte de propios y extraños. Un buen ejemplo de lo que decimos lo encontramos en la literatura de viajes desarrollada en Europa a partir del último tercio del siglo XVIII.

Los catorce textos que reproducimos a continuación, todos ellos de autores británicos y franceses, especializados en el citado género, coinciden en destacar la magnificencia y grandiosidad del regio edificio madrileño.

Postal de José Luis Gallegos (hacia 1965-70).

Richard Twiss (Londres, 1775)."Luego he visto los palacios de los reyes de Inglaterra, Francia, Cerdeña, Nápoles, Prusia y Portugal; los del Papa, del Empeador y de varios príncipes alemanes, y doy la preferencia a éste".

Augustus John Cuthbert Hare (Londres, 1873). "Es ciertamente una de las más magníficas residencias reales del mundo, imponente por sí misma, y sorprendente debido a su situación al extremo de la parte más bella de la ciudad, en el borde de un gran desnivel".


'Vista del Real Palacio desde el lado de la Calle Nueva'. Fernando Brambila (hacia 1830).

Louisa Mary Anne Tenison (Londres, 1853). "Es un noble edificio de piedra blanca, que ocupa un lugar dominante y resulta muy imponente visto a distancia".

G. A. Hoskins (Londres, 1851). "El Palacio de Madrid es un edificio espléndido. La fachada oriental es muy bella e imponente, y el lado oeste es también magnífico. Una rampa noble y muy grande, que me recordó a la de la subida del Monte Pincio en Roma, lleva hasta una noble terraza ante el palacio".


'Vista del río con parte de Madrid y del Real Palacio'. Fernando Brambila (hacia 1830).

René Bazin (París, 1905). "Uno de los paisajes verdaderamente bellos es la vista desde la terraza del Palacio Real. Se atraviesa la Plaza de Armas, donde cada mañana se hace la Parada Militar, se interna uno bajo la galería que por el lado de Poniente es el límite del Palacio y de la ciudad y, entre los pilares blancos que sostienen los arcos, queda encuadrado todo un valle verde, profundo, que como una cascada de jardín y arbolado desciende escalonadamente hasta el Manzanares para volver a subir al otro lado, donde los montes y bosques se extienden en busca de las montañas de peñascosas cumbres".

"Las líneas son muy nobles y el contorno general interesantísimo: ayuda a comprender los cuadros de Velázquez, sus lejanías inmensas de un verde triste que confina con un azul sin brillo".

G. A. Hoskins (Londres, 1851). "Las colinas lejanas al otro lado del río tienen un aspecto salvaje, inculto y grandioso, y a lo lejos la bella silueta del Guadarrama, cubierto de nieve, es una vista que desde luego no disfruta ningún otro Palacio Real en cualquier otra capital, y por fortuna no está echada a perder con suburbios agobiantes y espantosos".


Postal de Romo y Fussel (1905).

Henry Swinburne (Londres, 1779). "Dejaré, sin embargo, todo mi hastío al pie de la escalera, preparándome con verdadera satisfacción a describirte la belleza y grandiosidad de los salones superiores. No conozco otro palacio en Europa decorado con una magnificencia tan verdaderamente regia".

A. Mathieu (Madrid, 1887). "En cuanto a su interior, es un mundo de maravillas: todo lo que puede haber de más rico y más variado en muebles de todo tipo, en colgaduras magníficas, en cortinajes suntuosos, decoran los cuartos y las vastas salas de paredes estucadas o brillantemente recubiertas con fina porcelana".

"La púrpura, el oro, el mármol, el cristal parecen rivalizar para reflejar la luz contra mil objetos diferentes y hacen resaltar las estupendas pinturas en las que los mejores maestros han sabido animar esta grandiosa residencia de los Reyes de España con los temas más diversos tomados de la mitología, de la religión y de la historia, llegando a veces a producir una plena ilusión".


Saleta de Gasparini (fotografía de Patrimonio Nacional). 

Antonio C. N. Gallenga (Londres, 1883). "Todo en el Palacio Real de Madrid es grandioso, si no estrictamente bello... la secuencia algo excesivamente suntuosa de salones de aparato; todo a gran escala y con todo el carácter de una gran residencia imperial".

Jean-François Peyron (París, 1778-79). El Salón del Trono es "la sala más grande y magnífica del palacio por los soberbios espejos y el rico mobiliario con los que está adornada... Tiépolo tenía mucha imaginación y pintaba con tanto calor como facilidad".


Salón del Trono (fotografía de Patrimonio Nacional).

Jean-François Bourgoing (París, 1788). "La sala donde está el trono, y a la que se llama Salón de los Reinos, es digna de admiración aún después de ver la Galería de Versalles. Un veneciano llamado Tiépolo ha pintado al fresco en su bóveda los diversos trajes de la vasta Monarquía Española, tipo de decoración que sólo puede corresponder al Palacio del Soberano de las Españas. Los espejos, que son de un tamaño seguramente único en Europa, han sido fabricados en San Ildefonso".

William Pitt Byrne (Londres, 1866). "La Capilla Real es una joya en cuanto a la decoración, rica por sus mármoles y por la pintura al fresco. El efecto del conjunto es suntuoso".

Michael Joseph Quinn (Londres, 1822-23). "Me pareció un edificio mucho más hermoso que las Tullerías. Se le ve siempre con renovado placer, porque deja en la mente una impresión de gracia combinada con la fuerza, que son los atributos esenciales de la belleza".


Ilustración de Wilhelmina W. Cady (1881).

A. Germond de Lavigne (París, 1859). "Visto desde la antigua Carretera de Castilla, desde las orillas del Manzanares, desde la Estación del Norte o desde la Montaña del Príncipe Pío, este palacio tiene un aspecto imponente, elevado sobre los grandes muros de contención y contrafuertes, las terrazas y los jardines en cuesta que forman un magnífico pedestal, y con su masa blanca recortándose sobre este hermoso cielo del modo más pintoresco".

Bibliografía

Palacio Real de Madrid. Guía de visita, de José Luis Sancho. Patrimonio Nacional. Madrid, 1999.

8 comentarios:

  1. Magnifico,gracias.G.M.P.

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  2. Hola Jesús,
    Siempre ha sido así, parece que sólo los foráneos saben ensalzar lo nuestro, mientras que los "autóctonos" lo denostamos y lo ponemos a bajar de un burro, que se dice.
    Acertada elección de panorámicas. Las de Brambila espectaculares.
    Un abrazo y ¡¡Feliz Navidad!!

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  3. Hola Jesús,
    qué post tan bonito y original.
    Y desde luego, las imágenes, preciosas.
    ¡gracias!
    un abrazo

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  4. Hola G.M.P:
    Muchas gracias. Me alegro mucho que te haya gustado. Un abrazo, Jesús

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  5. Hola Manuel:
    Qué razón tienes. Tenemos un tesoro increíble, que no sabemos vender como se merece. Y ya ves todos los piropos que le echaban los curiosos viajeros europeos...

    Gracias y un abrazo, Jesús

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  6. Gracias Mercedes!! Nuestro majestuoso palacio lo merece. Un abrazo, Jesús

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  7. Hola Jesús, un artículo muy revelador como siempre. Tengo dudas de cómo sería el palacio con el perfíl más barroquizado por todas las estatuas coronando las pilastras de la balaustrada. Quizá salimos ganando por la negativa de no se qué reina y asi disfrutamos de ese perfil mucho más sereno.
    Aprovecho para invitarte a leer mi blog recién nacido.
    Feliz Navidad!
    Abrazos

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  8. Hola Antonio:
    Estoy de acuerdo contigo (y cuándo no!!!) con lo de las estatuas. Creo que el edificio está mucho mejor así, sin ellas.

    P.D. Voy corriendo a ver tu blog. Seguro que me sorprende!!

    Un abrazo, Jesús

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