Esta pequeña ermita fue erigida muy probablemente en el siglo XIII, pero de esta época sólo se conserva la cabecera. El resto corresponde a la reconstrucción efectuada en el siglo XVIII, cuando se levantó la humilde estructura de planta de cruz latina que ha llegado a nuestros días.
Diferentes placas y carteles informativos, instalados junto al edificio, sostienen que su origen se sitúa en el siglo XI, fecha que se antoja demasiado temprana, tanto por razones históricas como artísticas.
Debe señalarse que la conquista cristiana de la zona se produjo a finales del siglo XI y que los procesos de repoblación cobraron solidez en el XII.
El ábside presenta características formales presentes en otros templos del siglo XIII, existentes en la Comunidad de Madrid. Tiene forma de semitambor y se corona en la parte superior con canecillos de perfil anacelado, hechos en ladrillo.
Vista de la cabecera románico-mudéjar.
Aunque su superficie se encuentra actualmente enfoscada, se intuye que su fábrica es mampostería con hiladas de ladrillo, siguiendo el modelo imperante en el románico-mudéjar madrileño. Presenta un vano cuadrangular, abierto con posterioridad a su constucción.
En lo que respecta al interior, hay que destacar sus tres pequeños retablos: uno dedicado a San Antón, otro a Nuestra Señora de los Remedios y el último a San Esteban, a quien la ermita estuvo advocada inicialmente.
Fachada principal de la ermita.
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La serie "En busca del románico y del mudéjar" consta de estos reportajes:
- La iglesia de Valdilecha y sus pinturas románicas
- La iglesia mudéjar de Boadilla
- Santa María la Antigua
- El Móstoles Mudéjar
- La iglesia de Venturada, una pequeña muestra del románico madrileño
- La sorpresa románica del convento de La Cabrera
Interesante por lo desconocido en una zona extraña a este estilo.
ResponderEliminarSegún me han dicho también hay algo de románico en Valdelaguna, pueblo cercano a Chinchón.
Un saludo, amigo
Yo no se porqué extraña razón el románico no me acaba de convencer. Esos edificios pegados al suelo, con gruesos muros y pequenísimos y estrechos ventanucos. Será por mi admiración por el gótico. Siempre he preferido los edificios que se elevan hacia arriba y que la luz penetre en su interior por hermosas vidrieras, pero desde luego tus reportajes son magníficos y los he leído todos y así seguiré.
ResponderEliminarGracias Paco Torralba!! Aunque hay poco románico en Madrid, hay mucho más del que la gente se imagina. Valdilecha, Pezuela de las Torres..., pueblos próximos a Chinchón, guardan restos. Pero hay muchos más. Poco a poco los iremos descubriendo. Saludos y gracias, Jesús
ResponderEliminarGracias Bélok, como siempre. Viniendo de ti, los elogios me hacen sentirme especialmente complacido. Es todo un honor. Me gusta también el gótico, pero yo con el románico-mudéjar tengo una pequeña debilidad. En cualquier caso, es una penita que en nuestra comunidad no haya mucho ni del uno ni del otro.
Saludos y gracias, Jesús
Buenos días. Llego seis años después. Supongo que sabes que tras el retablo actual de la iglesia, hay unas pinturas sobre la pared del ábside. Posiblemente requieran de un estudio para su interpretación, dado que apenas se pueden apreciar, pero si no las conoces y vuelves por aquí, habla con algún vecino, que pueda dejarte entrar.
ResponderEliminarUn saludo y enhorabuena por tu blog,
Márgaro Martínez