sábado, 3 de julio de 2010

Tal día como hoy nacía Ramón Gómez de la Serna

Hoy, sábado 3 de julio, se cumplen 122 años del nacimiento del escritor Ramón Gómez de la Serna (1888-1963), un madrileño universal, cuya figura, inexorablemente ligada a las vanguardias del primer tercio del siglo XX, aún nos sigue sorprendiendo.

Su obra literaria queda materializada en una escritura sintética y fragmentada, cargada de imágenes, intenciones humorísticas y juegos metafóricos, rasgos que alcanzan su máxima expresión en el género de las greguerías, que él mismo alumbró.

Pero su legado no se limita al centenar de libros salidos de su puño y letra, sino que se extiende a su propio personaje, que fue modelando a lo largo de toda su vida, como si se tratara de un soporte artístico, al compás de un constante afán de experimentación.

Estuvo en permanente contacto con los movimientos vanguardistas del periodo de entreguerras y los introdujo en España por la puerta grande, logrando el reconocimiento de los intelectuales de la época y convirtiéndose en la referencia indiscutible de las generaciones de escritores que vendrían después, como su gran maestro y mecenas.

Fue, además, un madrileñista a ultranza e, incluso, se permitió el lujo de reinventar el rancio costumbrismo que pesaba sobre nuestra ciudad. Madrid siempre estuvo presente en su obra, como así ponen de manifiesto los numerosos libros que dedicó a la capital.

Entre ellos, cabe citar El Rastro (1915), Toda la historia de la Puerta del Sol (1920), Toda la historia de la Calle de Alcalá (1920), El Prado (1920) o Nostalgia de Madrid (1956), este último escrito desde su exilio en Buenos Aires.

Rendimos homenaje a Ramón Gómez de la Serna visitando algunos de los lugares de Madrid que marcaron su vida y su obra, así como la fuente monumental que preside la Plaza de Gabriel Miró, que fue levantada en su honor.

Su casa natal



Ramón Gómez de la Serna nació en la Calle de las Rejas (actualmente, de Guillermo Rolland), en pleno barrio de Palacio, muy cerca del Senado y del Monasterio de la Encarnación.

La vivienda donde vino al mundo aún se conserva y en ella hay instalada un lápida conmemorativa, inaugurada en 1949, a partir de una iniciativa del Ayuntamiento de Madrid.

Antes de emanciparse de sus padres, el escritor también vivió en la Cuesta de la Vega, en la Corredera Baja de San Pablo, en la Calle de Fuencarral y en la Calle de la Puebla, donde montó el primero de sus singulares despachos.

Sus despachos


Despacho del Torreón de Velázquez.

Al margen del hogar parental, la primera casa que tuvo Ramón Gómez de la Serna fue la situada en el número 4 de la Calle de Velázquez, que él llamó el Torreón de Velázquez.

Aquí estuvo el más célebre de sus despachos, salas de trabajo convertidas en abigarrados museos, donde acumulaba todo tipo de objetos, entre ellos, la popular muñeca de cera con la que el escritor aparece en diferentes fotografías.

Hubo otro despacho en el número 38 de la Calle de Villanueva, donde Ramón se trasladó hacia 1930. Fue su último domicilio madrileño.


Despacho de la Calle de Villanueva.

El Café del Pombo

Ramón Gómez de la Serna puso sus ojos en un modesto establecimiento del número 4 de la Calle de Carretas, denominado Antiguo Café y Botillería del Pombo, para fundar en 1912 la que puede ser considerada como la tertulia más importante y seguida en la historia de Madrid.


'La tertulia del Café del Pombo', de José Gutiérrez Solana (1920). Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.


Bautizada como la Sagrada Cripta del Pombo, la tertulia se celebraba los sábados por la noche, una vez terminada la cena. Los contertulios se reunían en el sótano, a luz de gas y sin calefacción, y era frecuente que les dieran las tantas de la madrugada. Se mantuvo hasta el año 1937.

Plaza de Gabriel Miró

En esta plaza ajardinada, ubicada en Las Vistillas, se encuentra una fuente monumental dedicada al escritor madrileño, que fue colocada en 1972. 

Consiste en un pilón circular de 5,5 metros de diámetro, en cuyo centro emerge un grupo escultórico de bronce, obra de Enrique Pérez Comendador (1900-1981). 

La estatua de una mujer desnuda con los brazos en alto y mirando al frente domina todo el conjunto. Se apoya sobre un bloque de figuras alusivas a la vida y obra de Ramón Gómez de la Serna, tales como una lira, una máscara teatral, diferentes libros, una esfera armilar, un arco y una flecha, una pipa, varias plumas estilográficas... y un cántaro, del que mana agua, arrojándola al pilón.

Todo ello rodeando un medallón, instalado en el frontal, en el que aparece el rostro del escritor, esculpido en altorrelieve.

Detrás de la fuente, hay una estructura arquitectónica en forma de rotonda. Posee dieciséis puntos de apoyo, sobre los que descansa un tejadillo de pizarra. Siguiendo la tónica de numerosos monumentos y elementos urbanos madrileños, se encuentra llena de grafitis, al tiempo que se ha convertido en un refugio para indigentes.

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