Este pequeño monumento se encuentra en la plazoleta formada por la confluencia de las calles Mayor, del Sacramento y del Pretil de los Consejos, resguardado, a sus espaldas, por la Iglesia Arzobispal Castrense y el Palacio de los Consejos.
Se realizó en el año 1963, en sustitución de un conjunto escultórico anterior, mucho más grandioso que el actual, que fue desmantelado durante la Segunda República (1931-1939). Está ubicado enfrente del lugar, donde, el 31 de mayo de 1906, se atentó contra el rey Alfonso XIII (1886-1941), justo el día en que éste contraía matrimonio con Victoria Eugenia de Battemberg (1887-1969).
El atentado
Los trágicos sucesos se produjeron durante el desfile nupcial celebrado al término de la ceremonia religiosa de los Jerónimos, de regreso al Palacio Real, en medio de una gran multitud. La comitiva estaba integrada por 19 carrozas reales y 22 correspondientes a los Grandes de España.
El anarquista Mateo Morral (1880-1906) lanzó una bomba casera, camuflada dentro de un ramo de flores, desde el último piso del inmueble situado en la Calle Mayor, número 84, donde está enclavada la popular tasca Casa Ciriaco. El artefacto iba dirigido contra el carruaje que transportaba a la pareja, pero, al caer, tropezó con el tendido del tranvía y terminó explotando entre el gentío.
Los reyes salieron ilesos, pero hubo casi una treintena de muertos y unos cien heridos, en lo que constituye el segundo atentado más sangriento de la historia de la ciudad, después del fatídico 11 de marzo de 2004.
El primer monumento
Hubo un primer monumento, diseñado por el arquitecto Enrique Repullés y Vargas (1845-1922) y ejecutado por el escultor Aniceto Marinas (1866-1953). Fue inaugurado en 1908, a partir de una iniciativa de la Duquesa de la Conquista.
Su núcleo principal era una escultura de la Virgen del Amor Hermoso, en alusión al día en que ocurrió el atentado, en el que se celebra esta festividad católica.
La imagen descansaba sobre un pedestal de grandes dimensiones, formado por tres columnas agrupadas, que simbolizaban al pueblo, al ejército y a la aristocracia. Varios grupos de guirnaldas florales recorrían la vertical hasta alcanzar los pies de la Virgen.
En la base, el monumento se ensanchaba para dar cabida a diferentes lápidas, donde estaban inscritos los nombres de los fallecidos. La figura de un ángel custodiaba el bajopedestal.
Tras su desmantelación, los restos de esta obra fueron repartidos por distintos puntos de la ciudad. Algunos de sus elementos, entre ellos las citadas lápidas, se aprovecharon para levantar otro monumento, destinado para el Cuartel del Regimiento de Wad Ras. y otros fueron llevados a los depósitos municipales.
Diferentes partes del pedestal se conservan actualmente en el Parque de Olof Palme, en el Distrito de Usera.
El monumento actual
El 13 de julio de 1949 el Ayuntamiento de Madrid convocó un concurso para la construcción de un nuevo monumento en recuerdo del atentado. El diseño ganador, firmado por Santiago Otalba Hernández, consistía en un grupo escultórico, integrado por una imagen de la Inmaculada Concepción y dos ángeles sujetando las armas reales, y una cruz de granito oscuro, con aplicaciones de bronce. Sin embargo, el proyecto no pudo materializarse, ante la renuncia del artista.
Hubo que esperar casi tres lustros para llegar al monumento actual, obra del escultor madrileño Federico Coullaut-Valera (1912-1989), terminada en 1963. Y más de veinte años, hasta 1970, para que se colocara una placa de mármol, con la siguiente leyenda conmemorativa: "En memoria de las víctimas del atentado contra SS. MM. D. Alfonso XIII y Dª Victoria Eugenia el 31 de mayo de 1906".
El monumento está formado por una escultura de bronce, que representa a un ángel semiarrodillado, que sujeta entre sus manos un pergamino. Se asienta sobre un pedestal de granito y a sus espaldas se eleva un sencillo monolito de piedra, que le supera en altura.
Éste mide 2,6 metros de alto y 1,5 de ancho y está hecho en aplacado de caliza. En su cara principal, junto al ángel, hay instalada una placa de bronce, donde aparece, en relieve, un escudo de Madrid, timbrado con la corona real y rodeado de decoración vegetal.
Pues creo que sería bueno reconstruir el monumento antiguo con las partes originales que se conserven. Si calaran esas ideas en Madrid se podrían derribar desgracias como el Centro Colón, la Torre de Valencia y demás. Tendríamos una ciudad más bonita.
ResponderEliminarGracias Anónimo. Si se reconstruyese todo lo que en Madrid ha desaparecido, que es muchísimo y de mucho valor, tendríamos una ciudad hermosísima, en primera línea del turismo internacional.
ResponderEliminarSaludos cordiales, Jesús
Pues mira, tiempo después he visto tu respuesta. Creo que en muchos casos no sería descartable reconstruir viejos edificios de Madrid. No todo, pero algunos lugares emblemáticos podrían recuperar su aspecto original, me refiero por ejemplo a la plaza de Colón. En Alemania y no digamos en Polonia se ha hecho.
EliminarY creo que, en esos países, se están consiguiendo resultados asombrosos. Lo de la Plaza de Colón creo que sería una gran actuación, sobre todo una posible recuperación del grandioso Palacio de Medinaceli, que estaba donde hoy se levanta el (desafortunado) Centro Colón.
EliminarGracias nuevamente.
Hola! Aquí tiene Amado Nervo una crónica de este atentado...
ResponderEliminarhttp://www.amadonervo.net/ciudades/espana/07temeridades.html
La fotografía que comenta es alguna de las que has puesto en esta entrada?
Hola Ligia:
ResponderEliminarGracias por el enlace, es muy ilustrativo. En este artículo yo sólo puse algunas de las fotografías que se captaron instantes después de producirse el atentado, pero existen más imágenes. Imagino que una de ellas es la del enlace que proporcionas.
Un saludo, Jesús
Hola
ResponderEliminarAlguien sabría cómo encontrar los nombres de las víctimas? Gracias
isasan82@hotmail.com