miércoles, 21 de abril de 2010

Nuevo Baztán (2): palacio-iglesia y conjunto urbanístico

El gran punto de referencia de Nuevo Baztán es el palacio-iglesia donde vivió Juan de Goyeneche, alrededor del cual gravita el trazado urbanístico de todo el complejo. Se trata, en realidad, de dos edificios contiguos que, por la armonía de su composición y proporcionalidad, conforman una única estructura arquitectónica y visual.

El palacio


Vista de la residencia palaciega.

El palacio está levantado a dos alturas y es de planta rectangular. Su fachada principal se organiza simétricamente alrededor de una portada de esquinas dobladas, enmarcada con el típico baquetón del barroco madrileño. Ésta recorre el muro de arriba a abajo, dando cobijo a una puerta y a un balcón, que se cierra mediante una barandilla de hierro forjado.


Relieve con las armas del Valle de Baztán.

Dos escudos heráldicos adornan la entrada. El primero, situado justo encima de la puerta, consiste en un tablero de ajedrez, que cuelga de las fauces de un león, en alusión al Valle de Baztán, en Navarra.

En el segundo, que corona la parte superior, se exhiben las armas del Condado de Saceda, uno de los títulos nobiliarios conseguidos por Juan de Goyeneche para sus heredederos. Fue instalado después de que se construyera el palacio.

Una torre cuadrangular, situada en el ángulo noroccidental, rompe la simetría de la fachada, pero, al mismo tiempo, introduce un elemento de compensación con respecto a los volúmenes de la iglesia, que dominan el extremo opuesto. La remata una balaustrada de piedra, con cornisa saliente y acroteras.


Torre del extremo noroeste y entrada principal del palacio.

Aunque los adornos se concentran preferentemente en la portada y en la torre, existen otros ornamentos en otras partes de la fachada, que refuerzan el movimiento de las líneas y de las formas. Es el caso de las molduras ondulantes que contornean los vanos y de la cornisa plana que separa las dos plantas del edificio.

En cuanto al interior, las distintas dependencias se distribuyen en torno a un patio rectangular, al que asoman dos galerías de arcos de medio punto. Éstas quedan unidas mediante una escalera monumental, que recuerda a la existente en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, realizada igualmente por Churriguera, como se ha comentado anteriormente.

La iglesia


Fachada de la Iglesia de San Francisco Javier.

La iglesia se comunica con el palacio a través de un acceso directo que arranca del coro. Está consagrada a San Francisco Javier, uno de los patrones de Navarra, de donde era originario Juan de Goyeneche.

Es el edificio donde se hace más visible la influencia herreriana, no sólo por la presencia de los inconfundibles chapiteles de pizarra, tan característicos de este estilo, sino también por el predominio de formas geométricas puras. Ello no excluye que aparezcan numerosos motivos ornamentales.

Su fachada parte de un planteamiento muy clasicista, con un cuerpo central coronado con un frontón recto y dos torres escurialenses de 27,5 metros de altura cada una, flanqueando los lados. Este aire clásico se quiebra en la portada, por su estructuración en varios planos y por el dinamismo que cobran los diversos elementos arquitectónicos que la integran.

Entre éstos, cabe señalar las cuatro columnas corintias que definen el contorno, el arco de medio punto con moldura que se aloja entre las mismas, la hornacina central -donde se ubica una escultura de San Francisco Javier- y los aletones con pináculos.


Portada de la iglesia.

En el interior, hay que destacar el retablo mayor, obra también de Churriguera. Al igual que ocurre con la fachada, en su composición subyace un esquema clasicista, que queda desdibujado por el efecto escenográfico del cortinaje que rodea a la estructura central, realizada en mármol rojo. Aquí descansan dos grupos escultóricos alusivos al santo navarro, una estatua y un medallón donde se representa una escena de su vida.


Retablo mayor (fotografía de Ars Summum).

Conjunto urbanístico

El complejo agrícola e industrial de Nuevo Baztán consta de seis manzanas de casas, distribuidas ortogonalmente alrededor del palacio-iglesia. Tres grandes plazas, lindantes con alguna de las caras de este edificio, canalizaban la vida pública de los vecinos y trabajadores.


Fuente de los Tritones, en la Plaza Mayor o de la Iglesia.

Hacia el oeste se sitúa la Plaza Mayor, también llamada de la Iglesia o del Jardín. Ocupa el espacio más noble del pueblo, a los pies de la fachada principal de la residencia palaciega y de espaldas a las arboledas de La Campa, que se conservan parcialmente.

En plena consonancia con esta función referencial, se encuentra adornada con jardines y distintos motivos ornamentales, entre los que destaca la Fuente de los Tritones.

La Plaza del Mercado, la más pequeña de los tres recintos señalados, se extiende hacia el sur. Como su propio nombre indica, en ella tenían lugar los mercados de abastos. En su punto central hay instalada una fuente, construida en época reciente en estilo rural.


Fuente de la Plaza del Mercado.

Por último, la Plaza de las Fiestas o de Toros se ubica junto a la fachada posterior del palacio-iglesia. Es un espacio cerrado, al que se accede mediante dos puertas, conformadas por arcos de medio punto, que se abren en la parte occidental y meridional. En este lugar se celebraban los actos sociales y los festejos taurinos.

Sus lados norte y este están delimitados por las Casas de Oficios, que enfrentan a la plaza una hermosa galería de arcos.


Casas de Oficios, situadas en la Plaza de las Fiestas.


Puerta meridional de la Plaza de las Fiestas.

Véase también

3 comentarios:

  1. Ayer no tuve la oportunidad de decírtelo, Jesús. Enhorabuena por esta estupenda serie sobre Nuevo Baztan. Siempre me ha apasionado este lugar y el proyecto visionario de Goyeneche. La última vez que lo visité, hará unos tres años, me pareció más deteriorado que las anteriores.
    Un saludo,

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  2. Completa y perfecta descripción, Jesús, yo también te doy la enhorabuena. Como M.Carmen estuve hace unos tres años y me gustó muchísimo, lo encontré todo muy especial, sobre todo el trazado del pueblo. Y la iglesia, preciosa, con sus cuevas perfectamente conservadas en la que guardan una especie de museo de cerámicas, vasijas, etc. qué bonito, ¿pudiste verla?.
    En fin, gracias por el reportaje.

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  3. Gracias por vuestros comentarios.

    Es verdad, Mcarmen, da mucha pena que un lugar que llegó a ser tan importante se encuentre en tan delicado estado de conservación. Pero, aún así, tiene muchísimo encanto.

    Qué lastima, Mercedes. No conozco esa parte, me da mucha rabia. Pero ya tengo la excusa perfecta para volver.

    Un abrazo, Jesús

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